El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha acudido esta mañana a la Cadena SER para protagonizar la última entrevista matutina de la campaña electoral antes del 28A. El candidato socialista ha avisado de que “el lunes tendremos que hacer todos mucho para restañar las heridas”, tras una campaña electoral, donde “siempre hay que polarizar posiciones”.

“Nos estamos jugando que la ultraderecha influya en el Gobierno de España”, ha subrayado Sánchez, en referencia a Vox, a los que ha definido como “gente que dice que la violencia de género es un invento y que quieren privatizar el sistema público de pensiones”. “Hay un riesgo real, cierto, y es importante que los españoles lo sepan”, ha insistido, poniendo el ejemplo de Finlandia, donde “los socialistas iban a ganar de largo y al final ganaron [a la ultraderecha] por 6.000 votos”.

Sobre política fiscal y las promesas de bajar impuestos de sus rivales, Sánchez ha recordado que en Andalucía, tras quitar impuestos a grandes fortunas, se ha subido el precio de las guarderías públicas y se defienden los “copagos” en los medicamentos de “los mayores”. “A la clase media trabajadora, cuando les dicen que van a bajar los impuestos, los que lo disfrutan son las capas superiores. Y lo acaban pagando doble, porque a lo mejor ven un aumento de 3 euros, pero luego sufren sus servicios públicos”, ha dicho el candidato del PSOE.

Acerca de la campaña de la derecha, Sánchez ha dicho que “es un clásico que la derecha nos acuse de no ser buenos españoles y de vender España”, pero les ha advertido de que “su discurso solo le está beneficiando a la ultraderecha, cuando dicen que los malvados socialistas estamos vendiendo España a los independentistas, que no es cierto, están beneficiando a la ultraderecha”.

Sánchez ha negado que la moción de censura haya tenido que ver con el avance de la ultraderecha: “Cuando hablaba con Rajoy siendo presidente del Gobierno, me hablaba de Vox. Rajoy tenía muchos defectos, pero también era muy intuitivo, sabía que la derecha se podía desmembrar”.

“La crisis territorial no se puede arreglar sin la derecha”, ha dicho Sánchez, que se ha comprometido a que, si vuelve a ser presidente del Gobierno, “llamaré a todos los partidos”. Cuando le han recordado que no ha habido diálogo en estos meses de gobierno, se ha justificado en que “se hace difícil hablar con partidos políticos que están en poner el cordón sanitario al PSOE y en insultar”.