La avalancha de audios del comisario de Villarejo que salpican a María Dolores de Cospedal y a su marido, Ignacio López del Hierro, así como los tejemanejes del trío para obstaculizar las investigaciones sobre el PP, han supuesto un terremoto en Génova. Tanto es así, que el líder de la formación, Pablo Casado, siempre tan hiperactivo, ha esquivado esta mañana a los periodistas en un desayuno informativo para no tener que comentar el escándalo.

Esta mañana, Casado era el encargado de presentar al secretario general del PPE y eurodiputado, Antonio López-Istúriz, en el Fórum Europa, organizado por Nueva Economía Fórum. Un desayuno informativo que contaba con mucha expectación por los audios de Villarejo, pero a su llegada al acto, Casado ha evitado a los periodistas y ha conseguido entrar en la sala sin hacer declaraciones.

Además, este lunes se celebra el Comité de Dirección del Partido Popular, como cada lunes en Génova 13. Pero esta vez no será el dicharachero secretario general, Teodoro García Egea, quien salga a dar la cara, sino una tercera espada como Marta González, vicesecretaria de Comunicación y mucho menos conocida por los ciudadanos.

En Libertad Digital, Pablo Montesinos, experto en el Partido Popular, asegura que la expresión que define la situación en Génova es: “Es un marrón gordo”. Varios barones y altos cargos sin identificar ya han mostrado su malestar y dicen que los audios “no ayudan nada”, aunque desde el círculo de Casado piden “tranquilidad”.

"Es un lío. Primero porque afecta a la exsecretaria general; segundo, porque hemos pedido la dimisión de la ministra de Justicia por lo mismo; y tercero, porque ella apoyó a Casado en el congreso extraordinario", señala un diputado al citado periodista.

“Y lo que te rondaré morena”, temen en el PP ante nuevas informaciones sobre Villarejo, porque ya saben que estas informaciones acaban en “cuentagotas”, revelan desde la dirección.

En la cúpula tampoco se muerden la lengua sobre Cospedal, que siempre ha salido fugaz en defensa de su marido, incluso con excusas rocambolescas. En Génova aseguran que con Cospedal “siempre había la duda” y que lo de su marido “lo sabía todo Madrid”. Pero les extraña que “ella continuara proyectando su carrera sin temor a que esto saliera".