El presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, no será el candidato del PP a las elecciones vascas del 5 de abril, según ha dado él mismo a conocer en su cuenta de Twitter.

En un breve mensaje, el líder de los populares vascos ha afirmado que el presidente del PP, Pablo Casado, le "acaba de comunicar que no será candidato a las elecciones vascas". "Quiero agradecer todo el apoyo del PP vasco que es y será siempre mi partido", ha añadido.

Con este mensaje, Alfonso Alonso pone punto final a toda una vida en política. Nacido en Vitoria (1967), durante años representó como nadie la centralidad política en el Partido Popular.

Casado, con tres hijos y licenciado en Derecho y en Filología Románica, Alfonso Alonso inició su carrera política en 1996 como concejal del Ayuntamiento de Vitoria, y tres años después se convirtió en alcalde, desde 1999 a 2007.

Ya por aquel entonces,  Alonso destacaba por ser un político de perfil dialogante y poco dogmático, sin miedo a discrepar de la posición oficial del partido en cuestiones tan simbólicas como el matrimonio homosexual -fue uno de los pocos alcaldes del PP que casaba parejas del mismo sexo-.

Tras su paso por la política municipal, Alonso se convertiría en el sucesor de Antonio Basagoiti como presidente del Partido Popular en el País Vasco. Después, sería el rostro del PP en el Congreso de los Diputadoshombre de confianza del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y posteriormente ministro de Sanidad.

Hábil en el discurso, Alonso se convirtió ya en Madrid en una de las voces del PP más contundentes contra la corrupción y el llamado caso Bárcenas. De hecho, pidió a su partido “plantarse con seriedad” frente al extesorero y admitió que “faltaron y fallaron los controles” para prevenir casos de corrupción porque “se rebajó la exigencia ética de los partidos”.

Casado y con cuatro hijos, desde su entrada en política Alonso y su familia tuvieron que hacer frente al odio de ETA. Él y su mujer, Beatriz, vivieron durante años bajo la atenta mirada de los escoltas que les resguardaban de la amenaza de los terroristas. 

En su día, Alonso admitió públicamente que sintió “miedo y frustración” durante su etapa política en Vitoria, sensación que aumentaba cuando salía de casa o se quedaba solo con su esposa. Pero nunca se le pasó por la cabeza renunciar a sus cargos porque habría supuesto una “traición” al partido que este domingo le ha fulminado como candidato tras toda una vida de servicio a la ciudadanía.