La Conferencia de Presidentes de este viernes, la cumbre en la que presidentes autonómicos de distinto color político debaten con la Presidencia del Gobierno central sobre problemáticas acuciantes para el país, ha tenido como principal protagonista el abandono de la madrileña Isabel Díaz Ayuso por el uso de las lenguas cooficiales por parte de sus homólogos territoriales. A la contra de esta actitud, dentro de las filas del Partido Popular, se ha postulado el andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla, quien ha adoptado un comportamiento diplomático, de escucha activa y con propuestas sobre la mesa.
De las imágenes y las palabras que han trascendido del principal dirigente de la Junta de Andalucía de esta cumbre territorial, han sido los saludos, independientemente del color político, con su homólogo catalán, Salvador Illa, y el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, antes de la reunión a puerta cerrada y con quienes ha denotado una buena sintonía pese a las diferencias ideológicas.
Asimismo, durante el debate con el presidente Pedro Sánchez, Moreno Bonilla ha propuesto en su intervención que se cree un fondo transitorio de nivelación que compense la infrafinanciación de algunas comunidades autónomas, siendo Andalucía una de las que sufre esta problemática, según ha defendido; todo ello como medida de transición hasta que no se dé luz verde a un nuevo modelo de financiación autonómica.
Siguiendo a su vez la estela marcada por Génova, el barón popular andaluz ha exigido que Sánchez adelante la convocatoria de elecciones generales, un escenario que no contemplan desde Moncloa, y sobre el que Moreno Bonilla ha augurado que el presidente del Gobierno terminará cediendo “a palos”, añadiendo a su vez que no le importa que ésta hipotética cita coincida con los próximos comicios andaluces, previstos para junio de 2026.
Moreno Bonilla marca distancias del ‘modelo Ayuso’
La postura adoptada por el andaluz, tanto en tono como en propuestas, se distancia a grandes rasgos de los momentos protagonizados por su homóloga madrileña, quien se ha situado en el foco mediático y político tanto por la tensión con la ministra de Sanidad como por su desplante a la Conferencia por el uso de las lenguas cooficiales.
En un primer momento, durante los saludos protocolarios y la foto de familia de todos los dirigentes en Barcelona, en el momento en el que Díaz Ayuso y Mónica García debían proceder según lo establecido, la principal dirigente del Ejecutivo de la Puerta del Sol le ha espetado: “¿Saludas a una asesina?”. Una pregunta a la que la titular de Sanidad ha respondido: “¿Perdona?”. En este sentido, según las fuentes de Sanidad, Ayuso se ha dirigido a la ministra con una actitud “muy nerviosa, inquieta y agresiva” a modo de reproche porque le hubiera llamado “asesina” por las muertes en las residencias de mayores durante la pandemia; un hecho que el equipo de García ha tachado de “mentira”.
Posteriormente, al haber dado comienzo al debate entre presidentes autonómicos con Sánchez, estaba previsto el uso de las lenguas cooficiales durante su transcurso -catalán, euskera y gallego-. Sobre esta premisa, tras el uso del catalán por parte del catalán Salvador Illa y la balear Marga Prohens, también del gallego Alfonso Rueda, Ayuso no se ha movido; sin embargo, en el turno de palabra del vasco Imanol Pradales, la madrileña -además de no colocarse el pinganillo para escuchar la traducción- se ha levantado y ha abandonado la sala, tal y como había advertido previamente.
En rueda de prensa tras este movimiento, Ayuso ha caído en la contradicción por sí sola al defender, por una parte, su decisión de abandonar la reunión multiterritorial; mientras que, por otra, ha reconocido la multiculturalidad de España que reside en sus lenguas cooficiales: “No tiene sentido que en los pasillos estemos hablando en perfecto español y que luego tenga que ponerme un pinganillo para entenderles en otros idiomas. (…) Del mismo modo que ningún presidente autonómico me ha pedido permiso para hablar en su idioma. A mí me parece bien que hablen en gallego o en valenciano, pero se utiliza el catalán como un arma de división”, ha expresado.
Sobre esta vorágine de posturas se ha pronunciado Moreno Bonilla ante los medios de comunicación, situando como “promotor” de la confrontación al presidente del Gobierno. No obstante, ha rehusado de valorar la actitud de Ayuso al respecto: “No soy ayusólogo”, ha subrayado, agregando que “cada uno tiene libertad para hacer lo que considere más oportuno”. Asimismo, él sí que se ha quedado a escuchar las intervenciones del resto de presidentes porque le “interesaban todos”.