La ministra de Sanidad, Ana Mato, ha comparecido en rueda de prensa en la sede del ministerio para confirmar el primer contagio por ébola en Europa y fuera de África, el de una "técnico sanitaria" del hospital Carlos III de Madrid que atendió en ese centro al misionero Manuel García Viejo, fallecido en septiembre. Mato ha hablado de "un caso secundario de infección", ha insistido en que se han activado los protocolos de seguridad necesarios "para garantizar la mejor atención tanto a la paciente como a quiénes la atienden y al resto de población".
Investigan los pasos dados
Mato ha anunciado que se investiga si se siguieron "estrictamente los protocolos" de seguridad y ha querido subrayar que trabajan coordinadamente con la consejería de Sanidad de Madrid, que cumplen "todas las recomendaciones de la OMS" respecto al ébola y que era importante mandar "un mensaje de tranquilidad a todos los ciudadanos de nuestro país" ya que "contamos con personal cualificado". Visiblemente molesta, cuando le han preguntado por posibles dimisiones Mato ha eludido la cuestión diciendo que ahora la prioridad son las fórmulas para atender a la paciente "y evitar riesgos". También ha insistido en que se investiga qué ha podido fallar en los protocolos.
Control del marido y del personal que la atendió
El peso de la comparecencia ha recaído sobre el director general de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid, Antonio Alemany, quien ha explicado que se investiga "el foco de infección" y que la profesional sanitaria tuvo contacto con el enfermo de ébola solo en dos ocasiones: una para la atención directa del misionero y otra tras su fallecimiento. Ha indicado que la paciente inició unas vacaciones tras la muerte del misionero -situación de vacaciones en la que continuaba hasta el momento- y que empezó a mostrar "sintomatología vaga" cinco días después, el 30 de septiembre, confirmándose hoy la infección, porque según él durante el período asintomático no se puede detectar la enfermedad.
Para la infección se necesita "contacto directo con las secreciones"
Alemany explicó que la técnico ha estado "haciendo vida normal" hasta ahora y que ahora está con fiebre pero estable. Preguntado por posibles contagios, Alemany ha dicho que se están controlando a los profesionales del Summa que atendieron a esta mujer y con profesionales de Alcorcón, cifrando en cuatro profesionales esos contactos, así como que también se controla al marido de la mujer enferma ya que no tiene hijos. "Estamos evaluando todas las personas que han estado en contacto con ella en su domicilio, esta enfermedad necesita contacto directo con las secreciones del paciente”, ha insistido Alemany, y además cuando el proceso es sintomático. “El contacto tiene que ser directo y con los fluidos", ha insistido, y aunque la paciente será trasladada al Carlos III-La Paz "todos los hospitales de Madrid cuentan con los protocolos" para estos casos. En cuanto a la investigación de qué ha podido fallar ha explicado que la enfermera había usado los equipos de protección y que existía también un mecanismo de control del centro sobre la adecuada utilización de los mismos.
Los trabajadores del Carlos III son chequeados todos los días
La directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, que desde la primera repatriación de un misionero enfermo ha tenido una actuación controvertida en estos casos, apenas ha intervenido y se ha limitado a decir cuando le han preguntado por dimisiones que "el riesgo por definición nunca es ni cero ni 100". Han señalado asimismo durante la comparecencia que hay 30 profesionales (médicos, enfermeras y auxiliares) del Carlos III que trataron al misionero y que desde entonces son controlados (tomas de temperaturas dos veces al día).