Los partidos empiezan a pensar en clave 2023, cuando unas nuevas elecciones se ciernan sobre el país. Estas, eso sí, tras seguir el curso natural de la legislatura. O al menos todo apunta a que será así. El escenario que algunos pronostican para ese lejano horizonte no es nada halagüeño. Una acentuación del bloqueo y de la ingobernabilidad del país. Así lo dibuja GAD3 en una encuesta elaborada para Nius Diario. Una España imposible y necesitada de un diálogo transversal inexistente a día de hoy, con el PP perdiendo la mayoría absoluta que otros sondeos le otorgan que conjuga con un repunte del PSOE.

El bosquejo que elabora la empresa demoscópica de Michavila deja al Partido Popular con un sabor agridulce. Si bien los conservadores saldrían victoriosos de las urnas ocho años después, perderían la mayoría absoluta que otras encuestas le han otorgado en los últimos años. Para más inri, los conservadores verían cómo el PSOE recuperaría una pequeña porción del terreno cedido, pero insuficiente para repetir los triunfos de 2019.

Los populares serían la fuerza más votada, pero bajando del pedestal del 30%. El PP obtendría el 28,6% de los sufragios, traduciéndose estas cifras en 124 asientos en el Congreso de los Diputados en su horquilla más alta. Así las cosas, estableciendo como punto de partida el 10 de noviembre de 2019, los conservadores han sacado tajada del desgaste del Ejecutivo en este más de año y medio desde la llegada del coronavirus a las fronteras españolas.

Los socialistas, en cambio, pierden fuelle en comparación con las últimas generales, pero recuperan el aliento tras varios sondeos en los que incluso coquetearon con bajar de los 100 escaños. La formación de Pedro Sánchez mantendría con holgura la segunda posición, pero con una diferencia en contra de 20 diputados (106) y un 26,3% de los votos, perdiendo una pequeña porción de la musculatura parlamentaria cosechada dos años atrás.

Vox recuperaría la forma que otros sondeos le arrebataron, pero no mejoran sus resultados con respecto al 2019, sino que mantienen sus 52 en su horquilla más alta. De hecho, si se tienen en cuenta los valores superiores, la derecha sumaría 176. Es decir, PP y Vox igualarían la barrera que delimita la mayoría absoluta sin la necesidad de contar con el uniescaño de Ciudadanos, quienes quedarían reducidos a la práctica irrelevancia, además de perder el grupo propio.

Unidas Podemos mantiene su cuarta posición pese a todo. Los morados se alejarían de la barrera de los 10 puntos y aglutinarían al 11% de los electores en torno a (presumiblemente) Yolanda Díaz y el resto de su equipo. GAD3 le otorgaba a la otrora fuerza de Pablo Iglesias entre los 19 y los 21 escaños, pero recuperan parte de su musculatura a pesar de que no igualan los resultados del 10N. Además, han neutralizado el efecto electoral de Madrid, que provocó una fuerte subida de Más País, pasando de los ocho asientos a los tres.

NC Report

Por su parte, la España que dibuja la encuesta de NC Report para La Razón es la del desbloqueo y la de la mayoría absoluta para la derecha. Según esta encuesta, los populares no se resentirían de los enfrentamientos latentes y ahora públicos entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado. El Partido Popular se quedaría a tan sólo una décima de igualar la barrera de los 30 puntos porcentuales (29,9). Si se tiene en cuenta su horquilla más alta, la formación de Génova multiplicaría sus diputados hasta los 130.

La suerte es dispar para el PSOE, que incluso podría bajar de la barrera de los 100 escaños, pues en su horquilla más alta obtendría 101 representantes, traduciéndose en un 25% del apoyo en las urnas. Su descenso concuerda con el de Unidas Podemos, que también se cae por debajo del 10%, sentando a 23 diputados y consumando la caída de la izquierda tras la pandemia.

Vox, por su parte, mantendría su tercera plaza, ajeno a los considerables descensos de su perseguidor más inmediato. La ultraderecha apenas se dejaría unas décimas por el camino, aunque perdería a tres diputados, reduciéndose su grupo hasta los 49 asientos. Por lo tanto, estos 49, sumados a los 130 de los conservadores, entregarían las llaves de la Moncloa a Pablo Casado y, a todas luces, miembros ultraderechistas se sentarían en el Consejo de Ministros.