El pasado lunes el Consejo de Ministros, en reunión extraordinaria, dio luz verde al plan presupuestario acordado con Podemos y lo envío a Bruselas para su aprobación. Pero este paso no es el último. A los Presupuestos pactados entre los socialistas y los morados aún le quedan varias -y engorrosas- etapas por quemar para adherirse a la carcasa normativa. Estos son los siguientes pasos que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias deberán seguir para sacar adelante sus cuentas.

Tras remitir las cuentas a Bruselas, se abre un periodo de doble vertiente. Por un lado, PSOE y Podemos deberán negociar con los distintos grupos que componen el arco parlamentario a fin de articular una mayoría en el Congreso de los Diputados. Entretanto, el Ejecutivo deberá detallar todas y cada una de las partidas hasta pormenorizar el Presupuesto redondeando al céntimo.

Una vez elaborado el plan presupuestario, éste deberá ser aprobado por el Consejo de Ministros, que remitirá el documento final al Congreso para ser ratificado. La pregunta es: ¿Por quién?

Con la negativa de Partido Popular y Ciudadanos -que, por descontado, votarán ‘no’-, Sánchez se dispuso a encontrar aliados en las formaciones que le respaldaron en la moción de censura contra Mariano Rajoy. Estaba destinado a encontrarse con Iglesias y, ahora, buscará aliento en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), PNV, PDeCat, Compromís, Coalición Canaria y EH Bildu.

El secretario general de Podemos ya ha advertido al líder del Ejecutivo de que cualquier tipo de acuerdo con estas otras formaciones no puede suponer perjuicio o modificación alguna en el documento ya pactado.

Con las cartas de la baraja restantes, Sánchez confía en obtener el ‘sí’ de ERC y del PNV. Los republicanos han adelantado que no negociarán los Presupuestos hasta que el Gobierno “se mueva” en cuanto a la cuestión catalana, haciendo especial hincapié en la postura de la Fiscalía con respecto a las solicitudes de pena de los políticos catalanes en prisión.

Por su parte, el PDeCat ha desvinculado la cuestión secesionista de la aprobación presupuestaria, pero por motivos estrictamente ideológicos se prevé una abstención.

Aítor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso, advirtió que el documento rubricado por Podemos y PSOE no son más que las trazas generales: “No es un Presupuesto más concreto”. Esteban pide unas cuentas factibles y realistas al tiempo que recuerda que el Gobierno tiene que pactar con cinco fuerzas políticas: “No nos pisemos los callos unos a otros”.

Al PSOE le bastaría con el ‘sí’ de ERC y PNV siempre y cuando Coalición Canaria, PDeCat, Compromís y EH Bildu se abstengan.

El techo de gasto, el último escollo

Una vez articulada una mayoría parlamentaria, el Gobierno debe aprobar un nuevo techo de gasto. PSOE y Podemos presentaron una reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria para saltarse el veto del Senado. Finalmente, dada la negativa de PP y Ciudadanos, no se tramitará por al vía urgente por lo que el proceso podría demorarse varios meses. Este es un punto clave puesto que el plan enviado a Bruselas contempla un techo de gasto distinto del vigente, por lo que habría de aprobarse el nuevo.

Si el Gobierno consigue los apoyos necesarios para la nueva senda de gasto, los Presupuestos serán debatidos en el Congreso, donde los populares y los naranjas presentarán su enmienda a la totalidad. Como el Ejecutivo ya contaría con mayoría, las enmiendas de PP y Ciudadanos serían rechazas y pasarían a tratarse las enmiendas punto por punto y en comisión.

Tras la elaboración final del articulado el Congreso votará el plan presupuestario, que sería remitido al Senado, donde será tumbado y devuelto a la Cámara Baja. No obstante, el Congreso tiene la última palabra.