Límites que no se pueden cruzar, eso parece ser lo que ha llevado a la dimisión del coordinador de las juventudes de Vox en Menorca. Alejandro Llabrés deja la formación política de Santiago Abascal preocupado por los perfiles que se están aupando en su partido, pues entiende que aquellos que han adquirido recientemente cargos de coordinación son personas que cuentan con unos pensamientos "muy extremistas y peligrosos", así como también considera que no representan verdaderamente las líneas de trabajo que Vox pretende desarrollar.

Llabrés ha comunicado su renuncia a continuar en el partido a través de una carta en la que ha expuesto que aquellos que han sido elegidos para formar parte del seno del partido en Menorca poseen una forma de entender la política y sociedad muy cercana a "ideologías prohibidas del siglo XX". Aunque no especifica a quien se refiere, su dimisión ha llegado poco después de los nombramientos de Julían Tendero y Fernando Serrano como coordinador y vicecoordinador, respectivamente. El desacuerdo de Alejandro Llabrés con las decisiones que viene tomando su formación en la ciudad lo ha evidenciado en frases como en la que subraya no encontrarse de acuerdo y que abandona el barco por motivos que "responden a la nueva dirección que está tomando el poder orgánico de Vox en Menorca".

El que fuera coordinador de Vox Jóvenes Menorca y de Vox Es Castell hasta que ha comunicado su dimisión indicaba en su carta de despedida que mantiene una firme creencia en el proyecto que Vox defiende a nivel nacional y, por ello, expone que su renuncia no es absoluta y que podría sopesar una vuelta a la formación política si se dan unas condiciones, pues considera que una cosa es ser "nacionalista español" y otra traspasar ciertos límites.

Dejo abierta la puerta a una futura reincorporación si la dirección balear reconsidera su actual rumbo y decide apartar a estos elementos poco democráticos que tanto daño pueden hacer al partido y a su credibilidad

 

Vox Menorca sale al paso

Ante la dimisión de Llabrés y los motivos que ha expresado para justificarla, desde la dirección del partido en Menorca han tachado su marcha de "oportunista" y de "excusa"; llegando incluso a alegar Pedro Marqués, coordinador insular de Vox, que su cese ya estaba previsto. No solo eso, sino que realizaba una crítica a Llabrés afirmando que "en cinco años no tiene equipo en Es Castell, no da el perfil y no es lo que Vox necesita, necesitamos gente implicada y él no lo estaba lo suficiente".

Llabrés no es un caso excepcional: Otros políticos que dejaron Vox por motivos que llaman la atención

A lo largo de los últimos años, diversas figuras destacadas de Vox han decidido abandonar la formación por discrepancias con su rumbo ideológico y su funcionamiento interno. Uno de los casos más significativos es el del médico y exdiputado Juan Luis Steegmann, quien en 2024 se dio de baja del partido al considerar que este había abandonado sus principios liberales para derivar hacia posiciones “neofalangistas” y antiliberales. En su despedida, criticó especialmente el rechazo del partido a los consensos científicos y su deriva populista, alejándose, según él, de los valores fundacionales de Vox.

Incluso uno de los fundadores y quien fuera una de las figuras más reconocidas, Iván Espinosa de los Monteros, decidió en 2023 apartarse de la primera línea política y de la dirección del partido. Aunque alegó motivos personales, su marcha simbolizó las tensiones crecientes dentro de Vox entre sectores moderados y el ala más dura, que ha ido consolidando el control del partido. 

No solo ellos, sino también se pudieron observar, entre otros, casos como el de Malena Contestí, diputada por Baleares, quien en 2019 denunció que Vox se había convertido en una formación “homófoba, extremista y antisistema”, muy alejada del proyecto que ella había apoyado en sus inicios. También la navarra Maite Nosti, portavoz del partido en el Parlamento de Navarra, anunció en 2025 su dimisión al afirmar que el partido había “virado ideológicamente” y que ya no compartía su línea ni su forma de hacer política. Otro ejemplo destacado es el del general y exdiputado Agustín Rosety, quien en 2025 se dio de baja tras criticar el creciente alineamiento de Vox con discursos populistas internacionales, especialmente los del expresidente estadounidense Donald Trump. Rosety consideró que el partido había abandonado su compromiso con el interés nacional y la moderación. 

En una línea similar, la exdiputada por Cáceres Magdalena Nevado abandonó la formación en 2025 denunciando que Vox se había convertido en un “club de intereses personales” donde primaban el silencio, la obediencia y la lealtad ciega frente al talento o el mérito. Estas críticas fueron compartidas por Teresa López, diputada en la Asamblea de Ceuta, quien también decidió dejar el partido y el grupo parlamentario tras acusar a la dirección de actuar con procedimientos arbitrarios y de fomentar un ambiente interno de desconfianza y acusaciones infundadas.

También a nivel municipal se han producido rupturas notables, como la de Mónica Llorente, concejala en San Sebastián de los Reyes, quien en 2023 abandonó Vox por profundas discrepancias internas, manteniendo su acta como edil no adscrita. Su salida reflejó el malestar existente en las bases por la falta de debate y pluralidad dentro del partido.

Estos casos reflejan un patrón de desencanto entre antiguos dirigentes que perciben que Vox se ha alejado de su ideario original para adoptar posturas más radicales y dogmáticas.

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