En los últimos tiempos se han evidenciado las fricciones en el Partido Popular por el manejo de temas tan candentes como el caso Gürtel y con más intensidad las revelaciones sobre la resunta contabilidad B y los sobresueldos. Desde figuras como Esperanza Aguirre o Arantza Quiroga, que han pedido mano dura contra la corrupción en el partido, hasta nombres menos conocidos públicamente como el de la diputada madrileña Teresa Gómez-Limón, que en enero pasado se atrevió a enviar un burofax a Mariano Rajoy para exigirle un ejercicio de transparencia sobre el caso Bárcenas. El accidente de tren de Santiago, en el que Gómez- Limón resultó herida, volvió a poner de manifiesto las diferencias de esta política, que viene del partido fundado por Adolfo Suárez, Centro Democrático y Social (CDS), con el Partido Popular.

El escaño de Aguirre
En enero pasado, tras enviar su exigencia a Rajoy, Teresa Gómez, que ocupó su plaza en el Grupo Parlamentario del PP en la Asamblea de Madrid en sustitución de Aguirre, tuvo que hacer frente a críticas de miembros de su propio partido que la acusaron de ser “insolidaria y desleal” por pedir al presidente transparencia sobre Bárcenas y los posibles cargos populares que recibieron los sobresueldos. Uno de los que la atacó fue el propio portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna.

La corrupción “no es negociable”
Gómez-Limón declaró entonces en una entrevista que estaba “harta” de levantarse cada día y “desayunar con un nuevo caso de corrupción”. Cuando le preguntaron por las acusaciones de deslealtad, respondió que le molestaba porque “el desleal es el corrupto” y este tema, la corrupción, “no es negociable”. “Creo que como no se le ponga remedio esto va a estallar”, advirtió la diputada madrileña, que confirmó que no recibió respuesta a su burofax enviado a Rajoy.

Exigió responsabilidades políticas en el accidente del tren
Sin duda, su actitud entonces ha sido visto como un mal precedente por algunos dentro del PP que ahora han tenido que soportar que Gómez-Limón vuelva a levantar polémica, tras el accidente del tren de Santiago, en el que resultó herida, cuando ha pedido responsabilidades políticas al Ministerio de Fomento que dirige Ana Pastor y a los presidentes de Adif y Renfe.

Gómez-Limón no se cortó un pelo al afirmar que Pastor "tenía que haberse preocupado de ver si la seguridad era buena", y que, además, "tendría que haber cesado" a los presidentes de Adif, Gonzalo Ferre, y de Renfe, Julio Gómez-Pomar, "en principio por asunción de responsabilidades políticas, al margen de que lo penal ya se verá en el juzgado" porque “son responsables civiles y responsables políticos”, subrayó.

En 2004 defendió un discurso contrario al PP
Si se mira el historial político de Gómez-Limón se aprecia que nunca las ha tenido todas a bien con el PP. En 2004, era presidenta de CDS, el partido que fundó el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez en junio de 1982. Había llegado al cargo dos años antes, y de cara a aquellas elecciones generales que perdió el PP, mantuvo un discurso contrario al partido de Rajoy con posiciones más propias de la izquierda, como la defensa de los matrimonios homosexuales y de una república federal.

La integración de CDS en el PP
Un año después, en 2005, en el XI Congreso Nacional de CDS, el 86% de los delegados votaron la integración del partido en el PP. Teresa Gómez-Limón selló el pacto político con Rajoy en un acto en la Casa de Campo de Madrid en enero de 2006.

En un comunicado, la hasta entonces presidenta del CDS, afirmó que pretendía "aunar esfuerzos con el PP", al que consideraba "el único partido que defiende los principios de centro reformista en la actualidad, y con el que el CDS coincide en la mayoría de sus principios programáticos", y añadía que su partido siempre ha defendido los principios "liberales, reformadores y progresistas" que inspiraron su fundación de la mano de Suárez.