El juez Juan Carlos Peinado se ha convertido, a velocidad récord, en uno de los tótems de la derecha en el ámbito judicial. Su instrucción contra la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, que roza lo prospectivo, le ha hecho ganar mucho protagonismo mediático en un caso en el que ya han sido llamados a declarar la propia Begoña Gómez, su asesora, Cristina Álvarez, el ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, o el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín, entre otras personas. No obstante, el plano judicial no es el único en el que el juez Peinado ha protagonizado polémicas, y es que según avanzó en su momento la Cadena SER, el magistrado también acumula a sus espaldas un prolijo historial de comentarios fuera de lugar cuando ejercía como docente de la Universidad Complutense de Madrid. 

Dos meses antes de que el caso de la esposa del presidente del Gobierno echara a andar, en febrero de 2024, el juez Peinado tuvo que enfrentarse a las razonables quejas de los alumnos a los que impartía clases por las tardes en la UCM. Los estudiantes recogieron hasta 50 firmas pidiendo su expulsión por haber realizado presuntos comentarios ofensivos a diferentes alumnos. Sostenían que a una alumna que llevaba el velo islámico le dijo que se empezaba llevando dicha prenda y se terminaba poniendo bombas, a un alumno con discapacidad le dijo "con sorna" que el protocolo para un examen oral era "yo te pregunto y tú me contestas" o que poco después del suicidio de una estudiante, le dijo a otra alumna que se levantó para ir al servicio, con una sonrisa en la cara: "No vayas a saltar".

Aquella crisis necesitó de la mediación de dos responsables de la Facultad de Derecho, y la directora del Departamento de Derecho Penal y Procesal, Pilar Peiteado, junto a su secretario académico, Xabier K. Etxebarria, se reunieron con el profesor y con los alumnos, de segundo año de Criminología, y pudo reestablecerse un "ambiente razonable" en la clase. La citada fuente hablaba de un choque entre "alumnos combativos con conciencia crítica y un profesor chapado a la antigua".

A caballo entre críticas y jaleos

Al comenzar la investigación contra Begoña Gómez, el magistrado se vio envuelto en una controversia que dejaba lo ocurrido en las aulas en una anécdota. Las clases acabaron a primeros de mayo, así que profesor y alumnos apenas se vieron conforme su figura se hacía más conocida a nivel nacional y comenzaba a ganar tanto adeptos como críticos.  

La fuente de la Complutense valoraba ante El País que es una suerte que el juez ya no engrose el profesorado porque se habría enfrentado a una "situación incómoda" en pasillos y aulas, pero señala que "quizás habría alumnos que le hubieran jaleado". El 11 de junio de este año, durante las protestas de jueces y fiscales contra las reformas judiciales de Sánchez, se escucharon gritos de "juez Peinado, estamos a tu lado" a las puertas de Plaza de Castilla, donde se encuentra su juzgado.

Peinado cumplirá 72 años el 27 de septiembre del año que viene y está obligado a colgar la toga tras haber pedido una ampliación de dos años para extender su jubilación más allá de los 70 años. Uno de los últimos movimientos del magistrado fue especialmente llamativo: abrir la posibilidad de enviar a juicio por malversación frente a un jurado popular a Begoña Gómez si es juzgada. Con la jubilación a la vuelta de la esquina y ante el previsible alargue del caso, la idea de Peinado es, ahora, cerrar diligencias lo antes posible (antes de final de año) y que el juicio oral arranque a principios del año que viene.

Además, fuentes de su entorno, según se comentó en Mañaneros 360, aseguran que el juez es consciente de que algunos de los delitos que le ha imputado a la mujer del presidente del Gobierno "van a terminar cayéndose". En el mismo programa, también explicaron que el juez está pendiente de los recursos que tiene que resolver la Audiencia Provincial, pero que la prioridad es despejar el caso lo antes posible y, si se prolonga tras su jubilación, legárselo al juez que herede su juzgado de Instrucción. En esencia, este nuevo proceder podría sintetizarse en 'pisar el acelerador' judicial a vista de que su jubilación se encuentra muy cerca.

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