A menos de un mes para las decisivas elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid del próximo 4 de mayo, la campaña electoral ya se encuentra a velocidad de crucero (si es que alguna estuvo carente de ritmo). Con el paso de los días, lo que hace unas semanas parecía una clara victoria de la derecha, y en concreto de Isabel Díaz Ayuso, ha permutado en prácticamente un empate técnico entre ambos bloques. De hecho, según el último barómetro del CIS, la izquierda obtendría mayoría absoluta.

Una tendencia que ya se está haciendo notar dentro de las filas del equipo de Ayuso, que ha rebajado en los últimos días la euforia que desprendía en cada intervención. Idéntica situación se vive dentro de Génova 13, donde son conscientes de que el próximo 4 de mayo el Partido Popular se juega la joya de la corona, y Pablo Casado su futuro político.

Un nerviosismo del PP que contrasta con el clima de optimismo que existe dentro de los partidos de izquierdas. En concreto, según han trasladados ideólogos del PSOE a ElPlural.com, en la formación socialista cada vez se repite más el mensaje de que “hay partido”, basándose en ciertos “indicadores” que manejan y que hacen pensar que podría ser posible un gobierno progresista en la Comunidad de Madrid. Prueba de ello es que el propio presidente del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, se está volcando con la campaña de Ángel Gabilondo.

No obstante, estas mismas fuentes subrayan y recuerdan que la Comunidad de Madrid tiene una serie de características únicas que la hacen muy difícil para la izquierda y que explican el motivo de que el PP lleve gobernando de manera ininterrumpida desde 1995 –unas claves que ElPlural.com cifró en seis y desgranó recientemente en un extenso análisis-.

En busca de una participación histórica

Uno de esos “indicadores” es el de la participación. Un aspecto en el que coinciden PSOE, Unidas Podemos y Más Madrid es que las tres formaciones están convencidas de que la única posibilidad para acabar con el reinado del PP en la región pasa por movilizar a la máxima gente posible. En este sentido, estos ideólogos socialistas destacan que no solamente se tendría que dar una participación récord –la más alta hasta el momento es el de la cita electoral de 1995 (70’39%)- sino que ese porcentaje tendría que ser “histórico y oscilar entre el 75% y el 80%”.

Aunque a priori parece una utopía alcanzar esa participación –el porcentaje debería subir más de 10 puntos respecto al cosechado en las elecciones autonómicas del pasado 26 de mayo de 2019 (64’27%)-, el PSOE cree que el ascenso de la extrema derecha, la gestión de la pandemia por parte de Ayuso y la polarización de la campaña electoral podría provocar que miles de personas indecisas acudieran en masa a las urnas buscando un perfil moderado como el de Gabilondo –de ahí la distancia que está intentando mantener el candidato socialista con el ex vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias-.

Asimismo, otra de las estrategias de los socialistas para aumentar la participación es el de fomentar el voto por correo, especialmente enfocado en las personas mayores de 55 años que tengan cierto temor a acudir presencialmente a los colegios electorales y exponerse al virus. Un voto telemático que ya ha provocado que ciertos pesos pesados de la derecha mediática como Juan Carlos Girauta, Fedérico Jiménez Losantos o Hermann Tertsch ya estén agitando el fantasma del fraude electoral, al igual que hizo Donald Trump en las pasadas elecciones de Estados Unidos.

Por otra parte, otro objetivo del PSOE es el de reforzar el voto del sur de Madrid (el llamado cinturón rojo) y añadirle un aumento en el de algunos municipios importantes del norte en el que ya gobiernan (Alcalá de Henares, Coslada, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes o Algete). Una unión que serviría para hacer frente a la hegemonía del PP en las zonas más adineradas.

Por último, a nadie se le escapa que la campaña de vacunación sigue siendo el principal as con el que se presentan tanto PSOE como Unidas Podemos. Una campaña que cada día que pasa avanza más rápido, y que ya ha provocado que el PP haya salido en bloque para acusar a Sánchez de “electoralismo”. “Denuncio el uso bochornoso que están haciendo desde La Moncloa de la vacunación, de la pandemia, en un momento como este. Llevamos pidiendo vacunas desde hace muchos meses, nos están diciendo que no se podía y ahora vemos que sí que tenía Sánchez en sus manos la posibilidad de hacer este tipo de anuncios”, criticaba este mismo martes Ayuso. “Es intolerable que se ponga en marcha la campaña en Madrid y ahora resulta que sí que hay vacunas. Es una forma de tratar como idiotas a todos los españoles. Veo que el presidente va a estar en la campaña desde Moncloa, utilizando todos los medios públicos de todos, todo el tiempo que sea necesario. Va a ser una campaña entre el presidente del Gobierno y el Gobierno de la Comunidad de Madrid”, añadía la dirigente popular.

“El error del Gobierno es que puso una pegatina muy grande a las vacunas diciendo que todo iba a ir muy bien. Y cuando empezó a ir mal le echó la culpa a Europa y a las autonomías. Entonces, ¿para qué sirve el Gobierno y le pagamos? Ésa es la cobardía de un mal gobernante”, denunciaba por su parte Casado.