Las palabras de Aznar en su comparecencia el pasado lunes en el Club Siglo XXI diciendo que entre Cataluña y España "el diálogo no merece la pena, que es perder el tiempo porque no va a llegar a nada" y que "lo que hay que demostrar es el músculo del Estado", fueron contestadas horas después por Felipe González, que se encontraba precisamente en Barcelona, debatiendo en una televisión local con Miguel Roca: "La resolución del encaje de Cataluña y España no es un problema de musculitos, sino de entendimiento", dijo el expresidente socialista.

Mejor sumar fuerzas que distanciarse
El histórico enfrentamiento, y el poco aprecio personal, entre los dos, se manifiesta cada vez que tienen ocasión. Esta vez no ha sido excepción. "Como estamos condenados a entendernos (Cataluña y España), es mucho mejor que nos entendamos empáticamente -dijo González-, sumando fuerzas, que distanciarse o pelearse".

González explicó que veía tres niveles de gestión de gobierno, de menos a más difícil: el conflicto que genera la diferencia de intereses, la pluralidad de ideas y la diferencia de identidades, éste último el nivel más complicado de gestionar porque implica "comprensión del otro en su sentimiento de identidad; y eso no se arregla sacando músculo".

González con Rajoy, cuando Aznar 'volvió' a la política
Ahora es Cataluña, pero desde el "váyase señor González" que a partir de 1994 se convirtió en slogan de Aznar en su camino hacia la Moncloa, los enfrentamientos entre los dos hombres se han ido acentuando y su relación distanciándose. Quizás no sea casual que, coincidiendo con el 'estallido' de Aznar contra Rajoy en Antena 3 TV, quien llamó el Presidente a su lado para dialogar fue precisamente Felipe González.