El Gobierno ha declarado la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol de Madrid, actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, como Lugar de Memoria Democrática por el papel que desempeñó durante la dictadura franquista siendo la Dirección General de Seguridad (DGS), donde se produjeron torturas "por motivos políticos e ideológicos" a opositores al régimen.
Así lo recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicado este miércoles, que detalla que, tras comenzar los trámites hace un año, se declara el edificio que alojó durante 40 años la DGS como Lugar de Memoria Democrática por haber desempeñado "un papel central en la represión política y social durante varias etapas de la historia contemporánea de España, especialmente durante la dictadura franquista".
El pasado franquista
Un edificio histórico de la capital española. Levantado en el siglo XVIII durante el siglo Carlos III, durante años acogió el servicio postal de la ciudad, si bien, con la llegada de Francisco Franco al poder, durante su dictadura el interior al que se accedía cuando se cruzaban sus puertas adquirió un tono muy oscuro, pues allí se daba la represión del gobierno militar en su máxima expresión con torturas a opositores políticos, sindicalistas y cualquier persona sospechosa de actividades contrarias al régimen. De esta manera, los sótanos de la Real Casa de Correos se convirtieron en un lugar temido para muchos, pues allí se ubicaron unos calabozos que oyeron y ahogaron numerosos gritos de dolor.
Fueron los años en los que Antonio González Pacheco, conocido como "Billy el Niño", campaba a sus anchas, dándose todo tipo de libertades en sus interrogatorios para obtener confesiones e información de aquellos que no salían igual que entraban a este lugar. Durante los años de la dictadura el edificio albergó la Dirección General de Seguridad (DGS), el organismo encargado de mantener aquello que se consideraba como "orden público" en aquellos años y que, en la práctica, no fue otra cosa sino el epicentro de la represión política del régimen.
A pesar de la transición democrática iniciada en 1975, la Real Casa de Correos continuó siendo utilizada como centro de detención durante algunos años más. No fue hasta principios de la década de 1980, con la creación de la Comunidad de Madrid, que el edificio fue designado como sede del gobierno regional. Sin embargo, las huellas de su pasado represivo no fueron completamente borradas, y hasta 1991 algunas dependencias policiales continuaron operando en su interior.
Durante un tiempo, este edifico ubicado en la Puerta del Sol de Madrid ha sido objeto de debate, pues eran muchos los que reclamaban que no cayera en el olvido lo que allí ocurrió y que, para evitarlo, fuera designado como Lugar de Memoria Democrática. No obstante, también existían voces críticas a que esto se llevara a cabo, algunas de ellas, por ejemplo, la de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Este era un título que se le pretendía otorgar como tributo a las víctimas que en su interior sufrieron algunas de las más dolorosas consecuencias de las décadas más duras del franquismo, un homenaje a aquellos que su lucha contra la opresión les llevó a sufrir torturas y una oportunidad educar a las nuevas generaciones sobre este oscuro periodo de la historia española. Unas iniciativas las que se planteaban que buscaban, entre otras acciones, la instalación de placas conmemorativas y la creación de espacios museísticos que relaten los hechos ocurridos en el edificio.
El homenaje finalmente se llevará a cabo
Tras los cruces de argumentos que trataban de convencer a la otra parte, el Gobierno, finalmente, ha declarado la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol de Madrid, actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, como Lugar de Memoria Democrática. Así lo recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicado este miércoles, que detalla que, tras comenzar los trámites hace un año, se declara el edificio que alojó durante 40 años la DGS como Lugar de Memoria Democrática por haber desempeñado "un papel central en la represión política y social durante varias etapas de la historia contemporánea de España, especialmente durante la dictadura franquista".
El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, ha indicado que la declaración como Lugar de Memoria Democrática de este edificio, donde "hubo torturas y personas que perdieron la vida por defender el regreso de la democracia, es una magnífica noticia" para quienes defienden "la libertad, los derechos y la reparación de las víctimas". Considera que "todos los demócratas" deberían alegrarse de esta declaración, "para que nunca más se repitan estos actos ignominiosos".
Ayuso no cede y se sigue mostrando contraria a este homenaje a las víctimas
En un nuevo episodio de enfrentamiento a la memoria democrática, durante el tiempo que se ha estado considerando otorgar el título de Lugar de Memoria Democrática al edificio que alberga la sede de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso se ha mostrado muy opuesta a que se proceda a esta iniciativa. De esta manera, la popular llegaba a expresar por carta a Ángel Víctor Torres que esta idea de conmemorar a las víctimas otorgando el título al edificio provocaba “indignación” entre la “generalidad de los madrileños y un sinnúmero de españoles”.
De esta manera, Ayuso se quejaba de que la iniciativa “invade las competencias de una comunidad autónoma en materia de defensa del patrimonio histórico y es irrespetuosa con la Historia de un edificio que el pueblo de Madrid asocia con la libertad y la concordia, con celebraciones muy queridas, y con hechos heroicos, y no con división y enfrentamiento elegido con amnesia selectiva con afán manipulador”. Para su negativa a colocar la placa en la Real Casa de Correos, Ayuso defiende que ha sido “durante más de 250 años” muchas cosas.
La Comunidad de Madrid, que lidera Isabel Díaz Ayuso, se ha opuesto frontalmente a esta decisión desde que el Ejecutivo anunció su intención y presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional (TC) para evitar lo que consideran que supone una invasión de competencias autonómicas. Defienden que "un periodo ínfimo del pasado de la Real Casa de Correos no puede transformar la verdadera significación histórica, simbólica y la repercusión que en la memoria colectiva ostenta el edificio".
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