Corren nuevos tiempos en Ciudadanos. Lejos queda la estrategia adoptada por Albert Rivera y su pléyade más cercana, reacios a reunirse con Pedro Sánchez tras emprender un viraje a la derecha que rompía los valores fundacionales de la formación naranja. La crisis del coronavirus ha servido para unir anhelos y debatir de forma pausada mecanismos comunes para cada una de las vicisitudes del momento.

El cambio de guion se consumará este viernes. El Gobierno y Ciudadanos han informado este jueves de que mantendrán una reunión conjunta en el Palacio de La Moncloa capitaneada por la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, y el portavoz de los naranjas, Edmundo Bal, donde se abordarán aspectos relacionados con las medidas necesarias para garantizar una salida ordenada del estado de alarma, así como las alternativas en caso de rebrote de la epidemia. Además, tal y como han notificado a la prensa sendas partes, se hará un repaso de las medidas recogidas en el real decreto ley de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19.

Un encuentro publicitado que aleja a Ciudadanos de los postulados de sus homólogos en la derecha, alejados en las últimas fechas del Gobierno y empeñados en emponzoñar el debate público con duras réplicas y una estrategia agresiva. Tanto desde la tribuna de oradores como desde los juzgados, donde Vox se ha hecho fuerte administrando desde sus grupos y satélites mediáticos cientos de demandas contra la “gestión criminal” de la administración central.

El PP, por su parte, sigue los pasos de la extrema derecha y eleva el tono aupado por el perfil de Pablo Casado y su portavoz en el Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo. Acusando a Pedro Sánchez de no dialogar con la oposición, sendas formaciones se mantienen en posiciones nada constructivas mientras amenazan al PSOE de hacer caer su Gobierno en cuanto puedan.

Pero Ciudadanos, formación rejuvenecida con el paso adelante de Inés Arrimadas y la salida del núcleo duro de su otrora presidente, acepta el diálogo, critica al PP incluso en plazas donde comparten mandato y marca su nuevo rumbo a golpe de voto favorable en la Cámara Baja. Sirvan como ejemplo las prórrogas del estado de alarma, donde el Gobierno ha encontrado en Ciudadanos a un socio fiable, a costa incluso de perder apoyos del bloque de la moción de censura en alguna de las ampliaciones. También se votó conjuntamente para aprobar el Ingreso Mínimo Vital, apenas unas horas después de que se conociese el enésimo pacto que habían cerrado para fijar los pormenores del decreto de nueva normalidad presentado por el consejo de ministros este martes.

“La banda de Sánchez” a la que hacía referencia Rivera tiene nuevos socios pese a los constantes avisos de Edmundo Bal, que fija su determinación en la cooperación necesaria por los tiempos que corren. No lo han visto de la misma forma pesos pesados como Juan Carlos Girauta o Marcos de Quinto, que no dudaron en dimitir mostrando su descontento con la nueva estrategia naranja.