No habrá reunión. No, al menos, en noviembre. En el acuerdo suscrito entre Partido Socialista y Junts para la investidura de Pedro Sánchez figuraba un encuentro a tres entre las dos formaciones y una organización independiente que hará las veces de verificador internacional. En base a la agenda negociada, la cita estaba prevista para finales de este mes, pero finalmente tendrá que esperar. En Ferraz, sin embargo, no se descarta que se pueda concretar una nueva fecha incluso esta misma semana, aunque no es lo más probable. No obstante, según trasladan desde la dirección del PSOE, el aplazamiento no implica ninguna fricción entre sendas fuerzas, sino que lo justifican en base a la agenda.

Miembros de la Ejecutiva socialista defienden a capa y espada el mecanismo de verificación entre las dos formaciones, aludiendo a las evidentes diferencias ideológicas. Sobre todo lo justifican desde una cuestión de confianza e incluso aspiracional. PSOE y Junts parten de posicionamientos totalmente antagónicos, pues los posconvergentes no sueltan el hueso del referéndum de autodeterminación. De hecho, en más de una ocasión, han subrayado que bajo ningún concepto renuncian al plebiscito ni a sus antiguos posicionamientos previos al acuerdo con los socialistas. Por su parte, en cambio, Ferraz encapsula las conversaciones en el Estatuto de Autonomía de Cataluña del 2006. Esa es la frontera hasta donde están dispuestos a llegar, un maquillaje del autogobierno.

El propio Sánchez ya esgrimió que este mecanismo de verificación, que fue uno de los puntales más polémicos de la negociación bilateral, puede tender puentes entre ambas formaciones y ayudar a limar la “desconfianza” que existe en esta relación de conveniencia. Por ello, resaltan el valor de esta figura en la reunión entre socialistas y posconvergentes. Un encuentro que está incluido en el acuerdo que allanó el camino al presidente del Gobierno a revalidar la confianza del Congreso de los Diputados y que se debería celebrar esta misma semana. No obstante, en el PSOE alegan cuestiones de agenda para postergar la cita con los postconvergentes.

Con discreción

Las reuniones con Junts se celebrarán siempre alejadas del calor del foco mediático, encapsuladas en uno de los mantras favoritos del socialismo: la discreción. En Ferraz no quieren que estos encuentros, con carácter mensual, cuenten con demasiada publicidad para proteger el contenido de las mismas. Por ello, el PSOE lo envuelven bajo el mismo manto de prudencia con el que arroparon a las negociaciones para la investidura del presidente del Gobierno.

Por esto mismo tampoco se desvelará la identidad del famoso verificador. Lo que sí trasciende es que no será una persona “con nombres y apellidos”, sino que la labor se encomendará a una organización cuya razón social sea precisamente la de mediar en estas cuestiones. De hecho, en el acuerdo se contempla que este mecanismo independiente está encargado de “acompañar, verificar y realizar seguimiento de todo el proceso de negociación y de los acuerdos entre ambas formaciones a los que se llegue”. Así figura en el punto tres del documento donde el número tres del PSOE, Santos Cerdán, estampó su firma.

Será precisamente Cerdán, quien comandó toda la negociación con los de Carles Puigdemont, quien encabece la delegación socialista en la reunión. Lo hará flanqueado por su mano derecha y sin la presencia del jefe del Ejecutivo Pedro Sánchez. En cualquier caso, la reunión tendrá que esperar, a pesar de que inicialmente se había fijado para esta semana, concretamente para este viernes 1 de diciembre. Sin embargo, ahora los planes pasan por agendar una nueva fecha para la cita con los neoconvergentes, puesto que la actividad parlamentaria se come buena parte de esta semana; primero con el pleno de este martes y, el miércoles, con la apertura solemne de las Cortes, donde estarán presentes el rey Felipe, la reina Letizia y la princesa de Asturias, doña Leonor.

Posibles de cambios

Este lunes es tiempo para la Ejecutiva socialista, que se reunirá por primera vez tras la coronación de Sánchez y la constitución del nuevo Gobierno. No espera comparecencia posterior, como era costumbre hasta hace escasas fechas, pero en el PSOE dejan la puerta abierta a la noticia. La eventual novedad, sin embargo, no tocará a su portavocía orgánica, la cual deberá renovarse debido a que su actual titular es portavoz del nuevo Ejecutivo. Por el momento, está en stand by, aunque sí se pondrá el foco en las Cortes.

La cúpula socialista juega con la “discreción” que les caracteriza el as de las portavocías en las Cámaras. No hay confirmación de que Patxi López y Eva Granados continúen al frente de las portavocías del Congreso y Senado, respectivamente. La decisión, en cambio, se adoptará tres días antes de la renovación que esta semana abordará el Partido Popular. De hecho, cambiará de cara en la Cámara Baja, dejando a Cuca Gamarra como secretaria general, liberándola de tareas parlamentarias.