Felipe González no ha andado con paños calientes: "la independencia de Cataluña como objetivo es imposible, reitero es imposible", ha dicho en un desayuno informativo este lunes por la mañana. Y ha remachado: "galopar hacia un imposible puede provocar una fractura política y social que cueste soldar treinta o cuarenta años".

El expresidente, que actuaba como introductor de Juan Luis Cebrián, máximo responsable de PRISA, en una conferencia en el madrileño hotel Ritz, ha advertido además que si España dedica todo ese esfuerzo a cerrar una herida con Cataluña perderá "de nuevo tiempo y energía" para recuperarse de la actual crisis económica.

Felipe González con Juan Luis Cebrián, al que presentaba en unos desayunos informativos, cuando ha realizado sus declaraciones contrarias a la independencia de Cataluña. Foto EFE



"La federalización no es sólo una buena idea, sino la única salida"
González ha expresado su convencimiento de que, como propone el PSOE, "la federalización no es sólo una buena idea, sino la única salida" ante la crisis territorial de España y el desgaste del Estado autonómico. En este sentido, ha mostrado su distancia con la posición de los socialistas catalanes sobre 'el derecho a decidir'. "Mantengo algunas discrepancias, a pesar de que respeto mucho a Pere Navarro, por este debate sobre el derecho a decidir", y ha explicado que esta discrepancia viene de que se convoque a la gente "sin definir qué queremos decidir".

En cuanto a las declaraciones de José Luis Corcuera, exministro de Interior en sus gobiernos, en las que hablaba de que el federalismo era "un invento para salir del atolladero", y que ponía en duda que en el PSOE se tenga una idea clara de España, Felipe González ha dicho que "me parece bien y respeto la opinión de Corcuera", pero "yo tengo una idea bastante clara de España (...) es más, he gobernado con esa idea clara 14 años", y ha asegurado que en su opinión el PSOE actual también tiene las ideas claras.

"No creo que asombremos al mundo por la rapidez con la que salgamos de la crisis"
Sobre la crisis, se ha mostrado igual de contundente, aunque en este caso ha preferido la ironía. Primero ha dicho que va a costar "esfuerzo" y que debe hacerse teniendo en cuenta "el estado de ánimo de la gente". Y a continuación, aunque sin mencionarle, ha dejado caer un capón a Montoro, que como otros ministros habla de rápida recuperación española, y dice que sorprenderá: "No creo que vayamos a asombrar al mundo por la rapidez y la velocidad con que vayamos a estar en no sé qué división; me parece un gravísimo error (el comentario), porque no tiene en cuenta el estado de ánimo de millones y millones de españoles".

Sobre la elección de Merkel, ha venido a decir que es "más de lo mismo", y ha mostrado su precocupación con la 'financiarización' de la economía española y europea, "un proceso antiguo pero que está en el origen de la actual crisis", y también por un modelo de globalización que redistribuye desigualmente los ingresos y genera desigualdad cuando hay crecimiento económico.