El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha cambiado el discurso en una entrevista concedida al diario El Mundo para con la violencia en Ferraz. Cabe destacar que el líder gallego resultó bastante tibio a la hora de criticar las protestas durante los primeros días en la sede socialista y que después sí que las condenaría abiertamente, pero con medias tintas.

En una conversación con el diario señalado, y mientras la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, o el alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, sí que condenan sin ‘peros’ la escalada de tensión aún siendo dos de los perfiles más duros de la formación, las palabras que el gallego ha depositado en El Mundo no han quedado exentas de polémica.

Al ser preguntado si los hechos de Vox-por ejemplo, alentar las manifestaciones ante las sedes del PSOE- acaba “favoreciendo a Sánchez”, el responsable gallego ha señalado que ellos “no van a rodear sedes” ni a hacer “aquello que han criticado siempre”.

Este discurso lo empleó la derecha hace un par de semanas comparando la situación con las concentraciones en los aledaños de Génova 13 en marzo de 2004, pero después ha introducido las siguientes declaraciones: “El problema es que el Gobierno está alentando la violencia, porque la está amnistiando. Es muy difícil que no haya personas ultras, gamberros, profesionales de los altercados y de la crispación, que crean que sus acciones quedarán exoneradas también”. Así la cosas, para Feijóo “decir que se está en contra de la violencia y a la vez amnistiar a los violentos es de un fariseísmo propio de las sagradas escrituras”.

Las manifestaciones se recrudecen (algunos días)

16 noches se llevan concentrando frente a Ferraz manifestantes en contra de la amnistía entre los que siempre se cuelan ultras. El día más tenso fue el que el presidente del Gobierno sacó adelante la investidura, cuando se repitieron imágenes similares a las del primer día; pero las concentraciones continúan dejando imágenes que no pasan desapercibidas, como la que tuvo lugar el pasado sábado en la marcha convocada por la sociedad civil, a la que acudieron PP y Vox y que a la postre se tradujo en que algunos de los manifestantes se dirigieran a Moncloa.

Unas 170.000 personas según Delegación de Gobierno (más de un millón según fuentes de la organización) se concentraron en Cibeles y las calles colindantes para protestar contra la amnistía en una concentración a la que llamaron más de un centenar de foros y asociaciones cívicas y que encontraron respaldo en la derecha y la extrema derecha. A la misma acudieron, además del presidente del partido, su homólogo en Vox, Santiago Abascal, la líder de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y otros representantes del Partido Popular.

Entre proclamas y pancartas, poco más de un centenar de personas intentaron al final de la mañana alcanzar la Moncloa. A 200 metros del palacio presidencial, la Policía les retuvo para impedir su paso. Como consecuencia de estos pocos protestantes, la A-6 tuvo que permanecer cortada en el sentido de entrada a la capital durante más de dos horas a la vez que se produjeron retenciones a la altura del kilómetro 6,500 de hasta tres kilómetros.

Reunión PP-Vox para “coordinar la respuesta”

El líder de Vox, Santiago Abascal, informaba el pasado sábado que había solicitado una reunión a Feijóo para “coordinar la respuesta institucional” frente al “golpe” del presidente del Gobierno.

“He pedido una reunión al señor Feijóo para coordinar esa respuesta institucional, tanto en las regiones como en el Senado”, solicitaba, acentuando que existen “diferencias jurídicas” entre los dos principales partidos de la derecha sobre la forma en la que proceder en el Senado frente a la medida de gracia de los catalanes, pero considera que los dos partidos deberían “poder sentarse y hablar” porque es el momento de “intentar todo lo posible” e incluso de “asumir riesgos personales” de ser necesario.

Los de Feijóo quieren “seguir liderando la respuesta institucional”

Desde Génova 13, el portavoz del partido, Borja Sémper, ha dejado claro este lunes que su partido “va a seguir en la calle” y que su intención pasa por “seguir liderando la respuesta institucional”. “Cada formación tiene su estrategia, la nuestra es clara (…) Cuando otros quieran hacer cosas, a nosotros nos encontrarán en la senda del respeto e institucional”.

Mientras Feijóo sigue condenando con tibieza e incluso cambiando su discurso para con las condenas a la violencia de Ferraz, Sémper ha vuelto a defender este lunes el “perímetro del respeto” para esa batalla en la calle y ha querido distanciarse de Vox. “Ni nos encaramos a la Policía ni cortamos carreteras”, ha dicho en referencia a algunas de las acciones perpetradas por la extrema derecha durante estas manifestaciones en las que se ha visto muy activo a Javier Ortega-Smith, portavoz de los de Abascal en el Ayuntamiento de Madrid y quien reprimiera la actitud policial durante las protestas.