Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se plantó el sábado: no habrá negociación de los presupuestos de la Generalitat para este 2025. Los soberanistas esgrimen que el proyecto del PSC de Salvador Illa no recoge medidas ni ingresos para hacer efectivo el modelo de financiación singular con carácter inmediato. Tanto este pasado fin de semana como este mismo lunes, los republicanos se remiten al pacto de investidura y así lo ha reiterado el presidente de la formación, Oriol Junqueras, que ha aprovechado la ocasión para lanzar también un recado a Moncloa con motivo de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. Es decir, o se cumplen los “acuerdos completos” o la posición no se moverá de la negativa. “Que vayan haciendo”, ha resuelto el líder de la formación.
El Govern aprobó en su último cónclave de 2024 su plan para el mandato y la ausencia de las cuentas no sólo complica sino que amenaza la hoja de ruta en cuestiones troncales como la inversión en vivienda o la reivindicación histórica de Cultura de alcanzar el 2% del presupuesto. El plante de los republicanos enfría el proyecto del Ejecutivo que encabeza Salvador Illa, aunque por el momento no ceden y se resisten a dar por perdida la batalla. La portavoz socialista, Lluïsa Moret, remarcó este lunes que la formación mantiene como objetivo prioritario el cumplimiento de los pactos de investidura, con la intención de mantener la estabilidad institucional. “No avanzaremos pantallas ni entraremos en futuribles”, sugirió, aunque el president ve viable gobernar sin presupuestos.
El plante de Esquerra, por tanto, responde a la falta de iniciativas y partidas orientadas a la quita del Fondo de Liquidez Autonómico. También se incluyen demandas como el traspaso competencial de Rodalies, para el que ya se ha activado el de la R1. Sin embargo, aún “faltan la R2, la R3, la R4…”, al margen de avances tangibles en la financiación, la situación del catalán o el conflicto político. Por ello, el presidente de los republicanos, Oriol Junqueras, ha reiterado los fundamentos sobre los que se sustenta la negativa a negociar con los socialistas. El líder de la fuerza soberanista urge al PSC a “cumplir con los acuerdos” para desencasquillar la bala presupuestaria del cargador.
Portazo de Junqueras
“Pues que vayan haciendo”, ha resuelto Junqueras desde los micrófonos de Café d’Idees de TVE y Rádio 4. Por ello, ha pedido a los socialistas más valentía y avances concretos. El presidente de ERC demanda “ir más allá”, al margen de que entiende como “positivo” el traspaso de la R1, aunque remarca que es insuficiente para resquebrajar el no monolítico de su fuerza política. Es preciso recordar que la relación de ERC con los socialistas se remite al año 2020. Cinco años de acuerdos que en el seno republicano los consideran perjudiciales en términos electorales e incluso de cohesión interna. Es por ello que los soberanistas venderán cara su piel y llevarán hasta la extenuación la negociación presupuestaria tanto en Cataluña como en Madrid.
Junqueras defiende que no es coherente “llegar a nuevos acuerdos” con el PSC sin haber registrado avances en los anteriores. El entorno soberanista lleva varios días sugiriendo la idea de que difícilmente darían el visto bueno a las cuentas públicas, truncando los sueños presupuestarios de Salvador Illa y de Pedro Sánchez. Al menos para este 2025, por lo que instan a sendos ejecutivos a centrar la acción en las cuentas del siguiente ejercicio. Este martes ha enviado un nuevo recordatorio en esta misma dirección a sus interlocutores, alegando que un Govern sin presupuestos puede gobernar y, en caso de necesitar recursos extras, puede acogerse a las “ampliaciones de crédito del Parlament” por las que ERC sí estaría dispuesta a conversar.
En paralelo, hay una clave que Junqueras no puede tratar públicamente pero que cobra una importancia considerable en las reticencias a aprobar las cuentas y es que los republicanos celebrarán un congreso orgánico el 15 y el 16 de marzo. Un evento que se antoja crucial para el devenir de las relaciones con los socialistas, pues existe un sentimiento creciente en las entrañas del partido reacio a mantener los puentes de negociación con el PSC. Por lo tanto, llegar al cónclave republicano tras cerrar un nuevo acuerdo con los socialistas, supondría una estocada en la recién reestrenada presidencia de Junqueras.
Y es que sectores críticos de ERC calientan desde ya el congreso de marzo, advirtiendo de que plantarán cara a la nueva dirección de la formación. Lo harán a través de una reforma estatutaria para forzar a Junqueras a que no pueda ser líder del partido y candidato a la Generalitat al mismo tiempo. Un subterfugio al que se aferran para desgastar al ex vicepresident catalán y que el propio Junqueras ya tiene en la cabeza. De hecho, despachaba tal asunto con cierta ironía, asegurando que él ya está “inhabilitado”. “Nadie debe sufrir por si me presento o no: Ni tan siquiera puedo dar clases en la universidad”, resolvió con tono socarrón.
Trinchera independentista
Del potente frente independentista que conformaban los republicanos con Junts no quedan ni siquiera rescoldos. La brecha entre ambas fuerzas políticas se ensancha de manera constante, con ambas fuerzas librando una batalla encarnizada para recuperar la hegemonía perdida no sólo en el espectro separatista, sino también con la vista puesta a un triunfo electoral. Aunque los neoconvergentes son los que están más cerca de la meta tras unas elecciones -las del pasado 2024- que dilapidaron los resultados históricos de los republicanos.
Así, con este caldo de cultivo, Junts y ERC insisten en marcar perfil propio. Cada uno por su cuenta, especialmente en cuestiones de alianzas tanto en Cataluña como en el Estado, y queda reflejado en cada Pleno del Congreso de los Diputados. Dicho lo cual, esta afrenta intestina ni por asomo cierra la puerta a un encuentro con Carles Puigdemont. De hecho, Junqueras está dispuesto a verse con el expresident e incluso dio a entender que han estado en contacto recientemente; pero ha marcado distancias con respecto a la cuestión de confianza que demandan los neoconvergentes a Pedro Sánchez. Pese a que existen “razones para desconfiar”, no creen que la herramienta constitucional “aporte demasiado”. “Puede que ni siquiera haga falta”, remachó.
En este sentido, ante la tendencia Junts en el Congreso de los Diputados, Junqueras ha versionado el discurso que Gabriel Rufián reitera desde Madrid cada vez que tiene oportunidad: una alianza con el PP y Vox sería un “error”. “Se equivocaría mucho y, como creo que se equivocaría mucho, entiendo que no lo harán”, exponía el líder de los republicanos, quien pese a sus exigencias al Ejecutivo de Pedro Sánchez admite no tener “ninguna prisa” y “ningún interés de que haya un gobierno” de la derecha y la ultraderecha.