La “Trama Koldo” ha vuelto al centro del debate político con virulencia. Lo que en un principio se planteaba como un escándalo cerrado en torno a Koldo García y el exministro José Luis Ábalos se ha convertido en un asunto de mayor gravedad tras derramarse hacia el PSOE. Un informe de la UCO de la Guardia Civil ha implicado a Santos Cerdán, exsecretario de Organización, en la gestión de mordidas por valor de hasta 620 000 € en adjudicaciones públicas en Navarra, presuntamente a través de su empresa Servinabar 2000 SL, en contratos con fondos Next Generation, y varias otras operaciones.
Estos pagos habrían sido sistemáticos desde 2013 y extendidos más allá de Navarra, según la investigación, que recoge grabaciones y documentos clave. Entre ellos, aparecen vínculos con empresarios como Víctor de Aldama y Fernando Merino, y se relacionan con compras como la del chalé de Koldo en Polop (Alicante), elevando aún más el alcance político de esta red. Además, los análisis de memorias externas revelan grabaciones de Koldo que podrían comprometer “decenas de políticos” del PP y del PSOE.
Aunque el centro del escándalo sigue siendo el PSOE, el Partido Popular ha entrado en escena con contundencia. Alberto Núñez Feijóo ha enmarcado la trama como una prueba más de la “fase de extinción” del PSOE, promoviendo un discurso basado en una regeneración institucional urgente, con comparecencias y querellas que exigen a Sánchez “una limpieza profunda”.
Por su parte, Pedro Sánchez ha defendido al PSOE afirmando que el PP “es una enciclopedia de corrupción” e instando a los populares a pedir dimisiones entre sus filas si aparecen grabaciones contra ellos. En paralelo, ha apoyado auditorías del partido, la salida de Cerdán y rechazado un adelanto electoral, aunque mantiene una coalición frágil.
En paralelo, han surgido informaciones que apuntan a una implicación directa de Miguel Ángel Tellado, portavoz parlamentario del PP. Varios medios como Diario Red y Galicia Press sostienen que Tellado habría ofrecido a Koldo beneficios judiciales —incluido empleo para él y su entorno— a cambio de grabar conversaciones del PSOE “para tener la vida resuelta”. Aunque el PP lo niega, esas supuestas negociaciones añaden una compleja dimensión ética y política al caso.
La exigencia de responsabilidades ha sido una constante en el discurso del PP frente al caso Koldo. Sin embargo, las informaciones que apuntan a posibles maniobras por parte de dirigentes populares, como Miguel Ángel Tellado, han abierto un nuevo debate: ¿aplica el PP los mismos criterios de ejemplaridad que reclama al PSOE? La cuestión ya no es solo lo que se exige al adversario, sino lo que se está dispuesto a cumplir dentro de casa. Por eso, te invitamos a responder la siguiente pregunta: ¿Debe el PP aplicarse las mismas normas éticas que exige al PSOE en el caso Koldo?
