El diario El Mundo ha aprovechado la condena al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, para sacar pecho por el bulo difundido por el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez y que, en última instancia, ha comprado el Tribunal Supremo (TS) para adoptar una decisión que no ha escapado a la polémica.
La persona de la máxima confianza de la lideresa de la Comunidad de Madrid aseguró a medios de línea conservadora que había sido la Fiscalía la que había ofrecido un pacto al novio de Ayuso, Alberto González Amador, cuando sucedió al revés.
Y lo más importante, en ningún caso fue el fiscal general el que filtró el correo en el que la pareja sentimental de la administradora de Sol. Así lo defendieron en sala judicial periodistas de distintos medios de comunicación, entre ellos de ElPlural.com. Sus voces, sin embargo y a la espera de que se conozca la redacción de la sentencia, han sido desestimadas por la jurisprudencia.
El Mundo salía al poco de conocer la decisión del Alto Tribunal con el siguiente artículo: Seis portadas de ‘El Mundo’ que llevaron al fiscal general a una condena histórica: las presiones, los ‘whatsapps’ y el borrado. Su director, Joaquín Manso, se hizo eco en el perfil de X, antiguo Twitter.
“No es información”
MAR (como se conoce formalmente al jefe de gabinete de Ayuso) reconoció en sala judicial -donde intervino en la primera ronda de declaraciones- haberse inventado un mensaje en redes sociales con el que sostenía que González Amador no había podido contestar a la propuesta de falso ofrecimiento de acuerdo dado que “la misma Fiscalía dice que ha recibido órdenes ‘de arriba’ para que no haya acuerdo y, entonces, vayan a juicio”.
En el TS apostilló que eso “no es información” y lo defendió de la siguiente manera: “Llevo muchos años en este ámbito y puedo intuir, colegiar, adivinar que está pasando en el mundo político, sobre todo con u órgano tan respetable como el ministerio fiscal, que está jerarquizado y colegiado. De ahí nace esta información. No tengo información concreta”.
Además, el mismo Rodríguez defendió que se trataba de una “suposición” perpetrada por él mismo. Asimismo, previamente reconoció haber filtrado parte de los correos electrónicos en el caso del fraude fiscal que afecta al novio de Ayuso y que el propio González Amador presentó ante la Fiscalía mediante su abogado para intentar evitar la pena de cárcel.
MAR habló directamente de la información de El Mundo: “El mismo periódico ha publicado que yo no soy su fuente, pero yo sí doy a los periodistas después de esa publicación, la textualidad del email recibido por el señor abogado Neira (encargado de defender a González Amador) de parte del fiscal (Julián) Salto (con quien quería alcanzar el acuerdo)”.
Reacciones a la decisión del Supremo
Las reacciones no tardaron en sucederse desde el momento mismo de conocerse la sentencia. El Gobierno de España respondió que “respeta el fallo, pero no lo comparte” y volvió a defender “la labor de García Ortiz en defensa de la ley y la verdad en su etapa al frente de la Fiscalía General del Estado”, alzándose voces más críticas como la de Patxi López, quien califió de "absoluta verguenza" los hechos.
En Moncloa recuerdan que no hay “ninguna prueba” para la condena a falta de ver la redacción de la sentencia y defendieron la “absoluta inocencia” de García Ortiz, lo mismo que rostros conocidos en la izquierda como el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián; o la responsable de Sumar, Yolanda Díaz.
Por su parte, Ayuso, que habla este viernes ante los medios de comunicación desde la sede de la Comunidad de Madrid, se pronunciaba en redes sociales en primera instancia: “En ese banquillo, según Sánchez, se sentaba él mismo (…) Hoy el mundo sabe lo que está pasando en España”.
El líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, se refirió a las “consecuencias políticas” de la decisión del Supremo; y apuntaba también contra el presidente del Gobierno: “La sentencia también implica a quien lidero este bochorno institucional de principio a fin, primero por haberle nombrado, seguro por haberle animado a mantenerse cuando resulto imputado y por haber sostenido que el FGE era inocente y que la sentencia debería ser exculpatoria. Finalmente, por criticar abiertamente la decisión del Supremo. Todo esto tiene un nombre, abuso de poder y ataque a la independencia judicial”.
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