El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy,contesta a las preguntas de los periodistas en los pasillos del Congreso de los Diputados, donde hoy se celebra la sesión de control al Gobierno. EFE



El Partido Popular es un polvorín a punto de estallar y nadie se mantiene impasible, tampoco entre los columnistas de la derecha, que han cruzado al otro lado en un frente común para pedir el relevo de Rajoy. El único que permanece fiel hasta el extremo es Francisco Marhuenda, que intenta salvar los muebles alertando de un complot contra el presidente, como el de 2008.

Marhuenda dice que quieren acabar con Rajoy
Marhuenda ve a Mariano Rajoy en un escenario similar al de 2008, cuando tras el fracaso electoral del PP algunos –la más guerrera Aguirre- quisieron moverle la silla.
“No estamos ante un escenario novedoso, sino que se repite lo sucedido en 2008. El objetivo es acabar con Rajoy e impedir que se presente a las próximas elecciones generales porque puede ganar con una mayoría suficiente”, escribe Marhuenda.

Elogios a Rajoy
El director de La Razón se resiste a la claudicación de Rajoy y le insta a “tomar la iniciativa y recuperar la confianza de unos votantes que esperan gestos. No su sustitución como pretenden algunos para lograr que gobierne la izquierda. Creo que debería hacer una remodelación del gobierno para ofrecer una imagen de renovación”.

Marhuenda se deshace en elogios a Rajoy: le tilda de “persona seria, honrada y eficaz”, y añade que “el centro derecha quiere que el mejor Rajoy salga al ruedo” y dé “un mensaje de regeneración y renovación que no sea sólo economía”.

Ussía, en La Razón, sí pide recambio en el PP
En su propio periódico sin embargo, Marhuenda da manga ancha a su columnista estrella, Alfonso Ussía, quien, además de cargar contra la candidata de Ahora Madrid, Manuela Carmena, zarandea al presidente del Gobierno. “La expresión de Rajoy denota el esfuerzo de la resistencia a ultranza, su resistencia personal, porque su pertinaz megalomanía le impide analizar con generosidad y buen criterio la magnitud de las grietas que se han abierto en la sede de Génova. Las grietas pueden cerrarse siempre que no sean Rajoy y los de su equipo de confianza los albañiles”. Más claro ni el agua.

Partido Pa'llorar
En El Mundo, Federico Jiménez Losantos, que lleva días acusando a Rajoy de “matar al PP”, hoy vuelve con nueva munición sobre el “Partido Pa’llorar”. Si el PP “deja que el pastor matacabras siga al frente del rebaño, a finales de 2015 la derecha estará muchísimo peor que en 1982”.

Losantos recuerda que la mayor parte de UCD, “con Alzaga y Herrero de Miñón, antes de hundirse se fue a Alianza Popular; otra, con Paco Ordóñez, al PSOE; y la facción de Calvo Sotelo, que -como puede hacer Rajoy- convocó unas elecciones anticipadas a las que no se presentó, dejó dos millones de votos en el limbo, 202 escaños al PSOE y 13 años de felipismo”.

¡Que llega el Frente Popular...!
“De UCD se salvó siquiera una parte. De este PP condenado a muerte por Rajoy no se salva nada. Y su ruina no nos trae al PSOE de 1982 sino al Frente Popular de 1936”, concluye Losantos.



Rajoy tiene que mirarse en la calle no en espejos
En ABC, Ignacio Camacho, más suave, cree que Rajoy, “hombre impasible”, dotado para la resistencia pero no para la flexibilidad” no tiene que mirarse en espejos sino en la calle.

Dice Camacho: “Si se mirase en un espejo de sinceridad, como le ha conminado con honesta lealtad Juan Vicente Herrera, no encontraría en su imagen ningún motivo para no seguir adelante. Pero a diferencia de los grandes palacios clásicos, en el de la Moncloa, al menos en su parte visitable, apenas hay espejos. Sus inquilinos viven en el interior de una blanca, limpia tramoya diseñada para aislarlos. Por eso el ejercicio de claridad que acaso necesite el presidente sea, simplemente, el de salir de esa clausura, romper las puertas a patadas y asomarse a sentir el pulso de la calle”.

Contra Arriola
En el mismo diario, Antonio Burgos, opta por culpar al gurú del PP, Pedro Arriola, en el que hace recaer la mayor parte de la responsabilidad del fracaso electoral. “Enhorabuena grande, señor Arriola. Paso a paso, todo muy estudiado sobre las encuestas, está consiguiendo usted lo que pretendía: cargarse al PP con mucho cuidadito. (...) Usted introdujo unos principios completamente nuevos en la praxis política, que quienes les pagaban un dineral por sus asesoramientos han seguido al pie de la letras, a saber: 1. Hay que gobernar contra los propios votantes. 2. Hay que ocultar lo que se es. La derecha debe parecerse lo menos posible a la derecha, de lo que hay que avergonzarse y ocultar. Cuanto más acomplejada, mejor”.

Reproche a Herrera por no hablar en la intimidad
David Gistau, en ABC, reprocha a Juan Vicente Herrera que no dijera lo que dijo a Rajoy en la intimidad de los órganos del partido. Gistau enumera lo que en su opinión son las razones que han llevado al PP y a Rajoy al punto en el que están hoy: “el error de repetir como una letanía ese mensaje de la recuperación que tantas familias ni atisban”, “la mancha horrenda de la corrupción”, “la arrogancia del equipo de gobierno”, “la ausencia de cabezas políticas y el secarral intelectual que ello conlleva”, “las mentiras electorales y los principios traicionados”, y, por último, “la necesidad, ya, de un salto generacional que Herrera concretó alrededor de Pablo Casado, ese nieto de Rajoy”.

Cabreo mayúsculo en Génova
Curri Valenzuela, menos precisa, se dedica a hablar del enfado que hay en la cúpula del PP con los barones y baronesas que cuestionan a Rajoy en su artículo “Arde Génova”. “A los barones se les llama por allí de todo. ‘El lunes, Rajoy hizo dos vueltas visuales por encima de sus cabezas para concederles la palabra y todos permanecieron callados. Pero luego, todos a largar a los periodistas, según su costumbre, en cuanto ponen tierra de por medio entre sus feudos y Madrid’, fue lo que se escuchó por la segunda planta”.

“En la cuarta oyó voces que calificaban a los barones como ‘esa panda de sinvergüenzas”, “en la quinta, los lamentos de ‘esos que pierden y luego disparan la pólvora contra Rajoy, que es lo más fácil’”, continúa Valenzuela su descripción del ánimo en Génova.