El tiempo ha pasado, pero hay quien todavía conserva memoria como para recordar aquellos años donde Felipe González, entonces presidente del Gobierno, se jactaba de estar en guerra con el diario El Mundo. Unos días muy lejanos al compadreo que reina entre el ex secretario general del PSOE y el periódico del conglomerado Unidad Editorial, incluso apodando al medio que dirigía Pedro J. Ramírez como “inmundo”. Eran fechas en las que una entrevista de González en las páginas de El Mundo como la que se publicó este lunes era impensable. Y mucho menos para atizar al actual líder de la formación socialista y del Ejecutivo, Pedro Sánchez.

El expresidente del Gobierno se despachó a gusto en las páginas del diario de Unidad Editorial este lunes. En una entrevista exclusiva, el que fuera primer jefe del Ejecutivo bajo las siglas del Partido Socialista Obrero Español arremetió con fiereza contra el que hoy ocupa ese mismo puesto. Pedro Sánchez no es santo de la devoción del histórico dirigente y así lo ha hecho ver en todas y cada una de sus apariciones públicas. Esta vez, el encargado de borrar el marxismo de los estatutos del PSOE, sacaba pecho porque su partido era 100% PSOE, apostillando que “ahora no lo es”.

González reflexionó sobre el liderazgo actual del PSOE, en manos de un Pedro Sánchez a quien acusa de “encerrarse en la vida orgánica” y de “acumular ideologías y decir disparates”. “Es difícil afirmarlo sin que la gente se ponga nerviosa (en referencia a lo que más le sorprende del partido actual)”, sentencia el ex jefe del Ejecutivo, quien entiende que carecen de “proyecto de país autónomo con vocación mayoritaria y con autonomía estratégica”. De hecho, afea al secretario general actual que conduzca a “cambiar de posición cada día”. “Si se necesita un voto o siete o cinco”, esgrimió.

Cuando El Mundo era el enemigo

Corría el año 1998 cuando el expresidente del Gobierno, abiertamente, habló de una conspiración entre José María Aznar y el diario El Mundo para tumbar su Ejecutivo por las informaciones que publicaron sobre el caso Marey. Así, además de señalar a su adversario conservador de “prestarse” a la campaña de acoso y derribo contra el Gobierno del PSOE denunciada por Luis María Ansón. Así se manifestó en una entrevista, pero no al diario El Mundo, como ahora en 2024, sino en El País.

El diario que entonces dirigía Pedro J. Ramírez acorraló al Ejecutivo de González hasta que en 1996, el Partido Popular se alzó con el poder por primera vez en su historia. Colección de informaciones que tambalearon las siglas de un PSOE que declaró abiertamente la guerra al mismo medio donde hoy concede entrevista en exclusiva para atacar al secretario general del PSOE. Según González, la operación, a la que no se atrevió a llamarla directamente como “conspiración” no estaba orquestada para acabar con su vida política, sino con el “estado democrático”.

En aquellos años, Felipe González ya había dado la orden no sólo de cerrar el grifo sino de vetar a un diario que apodó como “inmundo”. De hecho, ese veto incluso imperó hasta varios años después de la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a la Secretaría General del PSOE en connivencia con el entonces gerifalte del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. De hecho, entrada la década de los 2010, González se cebó en buena medida contra el periódico ya en manos de Unidad Editorial.

Quedó en evidencia en 2011, cuando el PP y su prensa afín dejaron patente su “nerviosismo” con la aparición de Alfredo Pérez Rubalcaba en los actos. En ese momento, se encargó de apuntar hacia Ramírez y su periódico, calificándolos de “caverna” e “inmundos” que “reaccionan como reaccionan”. “Es que nadie se atreve a meterse con ese desvergonzado, nadie más que yo. Es un manipulador de todo, de siempre, ese señor, todo el mundo le tiene miedo. ¿Por qué? ¿Qué poder tiene ese individuo, que hace un periódico que no es El Mundo, sino el inmundo?”, concluyó entonces.

Palabras que se disuelven en las mismas páginas del mundo entre el inexorable paso del tiempo. El inmundo ha pasado a ser un lugar seguro para que el expresidente vocifere cualquier queja o insulto hacia el actual secretario general del PSOE. También para su guardia pretoriana, compuesta por nombres como Alfonso Guerra, que también aprovecha la más mínima oportunidad para afilar sus cuchillos y lanzarlos contra Ferraz desde diversos medios de comunicación de lo que denominaban antaño “caverna”.