El vídeo de Miguel Ángel Rodríguez ante el juez Hurtado en la vista con el juez Hurtado ha resucitado viejas anécdotas en torno al hoy jefe de Gabinete de Isabel Díaz Ayuso. El columnista de El País Manuel Jabois dedicaba su espacio en el medio de cabecera de PRISA precisamente a una conversación privada con MAR. Corría el verano de 2013. El escritor y periodista conversaba en una piscina con el asesor, entonces en calidad de ex y alejado de la política, cuando éste le revelaba lo que más nostalgia le producía del poder: “Manipular”. Una confesión que cobra una nueva realidad después de admitir ante el magistrado que instruye la causa contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por presunta difusión de datos de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador. Un bulo que tuvo cabida en la primera plana de El Mundo y que, un año y medio después, parece esclarecerse.

Jabois le dedicó su columna a aquella lejana conversación de hace más de 12 años. El ex secretario de Estado de Comunicación con José María Aznar le reveló al columnista que echaba de menos poder “manipular” desde las altas esferas. “La información, tenerlo todo controlado”, recuerda el periodista en su artículo, donde reprodujo prácticamente la conversación al completo. “Imagina que el presidente tiene que hacer una declaración en favor de la energía nuclear dentro de cuatro meses. Yo decido el día, la hora y el acto”, le explicaba Rodríguez, que continuaba con su disertación nostálgica: “Durante ese tiempo puedo meter reportajes en los medios, influir en conversaciones y diseñar una campaña para que, cuando llegue el momento, la gente diga: ‘Qué bien ha estado el presidente sobre esto’. Eso es lo que echo de menos”.

Nostalgia manipuladora

Jabois recuerda que no se quedó callado, sino que le preguntó si literalmente se refería a “manipular”. MAR no lo dudó: “Absolutamente. Pero no como algo malo. No es mentir, es orientar, construir relato. Para eso estás en la portavocía del Gobierno. ¡A mí las preguntas del viernes me las sabía el martes!”. En aquel momento, continúa el escritor con su narrativa, la hoy mano derecha de Ayuso ya tenía un “abundante pelo blanco”, aunque no llegaba a los niveles actuales. Ello le hizo recordar una línea de diálogo Lawrence de Arabia, cuando Claude Rains le dice a Peter O’Toole: “Yo digo mentiras y usted dice medias mentiras. Un hombre que dice mentiras, como yo, no dice la verdad. Pero un hombre que dice medias mentiras, como usted, no sabe dónde está la verdad”.

El columnista cree que hay un gran salto de calidad entre el Miguel Ángel Rodríguez de aquel verano de 2013 y el del vídeo del Supremo. De hecho lo reconoció el propio MAR, cuando le preguntaron por qué contó a los medios que el pacto entre la Fiscalía y González Amador – que ofreció su defensa y no García Ortiz como filtró – se retiró “por órdenes de arriba”. La declaración textual fue la siguiente: “Eso no es información, es que tengo el pelo blanco. Llevo muchos años en este ámbito y puedo intuir, colegir, adivinar que está pasando en el mundo político, sobre todo con un órgano tan respetable como el Ministerio Fiscal, que está jerarquizado y colegiado. De ahí nace esta afirmación. No tengo una información concreta”.

Para Jabois existen “pocos argumentos de autoridad en la vida más contundentes” que las canas. Sin embargo, su extrapolación al mundo periodístico es “bastante sensible” porque, a su juicio, “está en fase de pruebas”. “Que no nos roben, al menos, la imagen de Rodríguez sacándose una foto del pelo y enviándola a las redacciones cuando le pregunten cómo lo sabe. Ni la foto de los periodistas asintiendo convencidos", relata el articulista, que entiende que la queja de González Amador de que los medios no contrasten y que las declaraciones de ambos se produzcan en el proceso que investiga al jefe de la Fiscalía, “da la razón a MAR”. “Mover información, sesgarla, ocultarla y exhibirla como un patio de feria a conveniencia, da una simpática ventaja a la hora de trasladar un relato”, resume, antes de recordar que el propio Rodríguez, antes de aquella entrevista, se introdujo en el traje de piscina abriendo el periódico y sentenciando que “para romper la pantalla no se puede estar sieso como una silla”, sino que a veces “te pasas de frenada”.

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