Nueva lección coreográfica de Albert Rivera. El líder de Ciudadanos ha pasado esta mañana por los micrófonos de Onda Cero, donde ha esquivado con varios tirabuzones hablar sobre Vox y tratarles como sus aliados en Andalucía. Hasta el punto de que ha desempolvado su intención de legalizar en España la gestación subrogada para evitar hablar de la homófoba Consejería de Familia que la extrema derecha pretende crear en Andalucía.

Preguntado sobre este departamento que está pactado con el Partido Popular en el acuerdo con Vox de 37 puntos, Rivera ha tirado la toalla y ha llegado a reconocer que, en lugar de añadir una coletilla que rebaje el término extremista -se había planteado llamarla Consejería de Sanidad, Infancia y Familia o en una de Políticas Sociales y Familia-, la cartera se llamará “Consejería de Familias”. “El nombre me da igual, lo que importa es la cosa”, ha dicho Rivera.

Acto seguido, Rivera ha intentado cambiar los pasos de baile para salir del atolladero y ha presumido de que podía “anunciar aquí” que “la primera ley que traerá Ciudadanos será la ley de Gestación subrogada, que se votará en marzo. Espero que el resto de partidos tenga una visión progresista y liberar”.

El anuncio, como ha reconocido el poco Rivera, no era tanto, puesto que lo que ha hecho con “mi equipo” es mirar el calendario parlamentario y deducir que será en marzo cuando llegue a votación una propuesta que se viene arrastrando desde hace meses, mucho antes de que la ultraderecha les diese su apoyo para el gobierno de coalición en Andalucía.

Acerca del apoyo de Vox, lo máximo que ha llegado a decir Rivera es que “la única alternativa posible era que el PSOE se abstuviese, pero Sánchez le dijo a Susana Díaz, supongo, que no”. Acerca de haber reeditado ahora un pacto de perdedores de los que antes renegaban, en lugar de fomentar el gobierno de la lista más votada, Rivera ha señalado que el criterio para gobernar “es parlamentario, esto no es una carrera de coches”.

Tantos reniegos ha realizado Rivera que en un cierto punto, su entrevistador, Carlos Alsina, le ha preguntado si se tomaría un café con Santiago Abascal, líder de Vox. “Me lo tomo con mucha gente, me lo estoy tomando aquí con vosotros”, ha dicho Rivera, lo que ha provocado la reacción unánime de la mesa, en la que también estaban Casimiro García-Abadillo y Rubén Amón, aunque el que más ha alzado la voz ha sido Alsina: “Nosotros no somos Vox”.

Sobre el apelativo inventado por Pedro Sánchez, que ha llamado a Rivera y Casado los “voxonaros” españoles, el líder de Ciudadanos ha señalado que “a Sánchez se le da tan bien el humor como cuadrar las cuentas”. “Está volviendo al guerracivilismo y a las trincheras de si eres rojo o azul. Un votante del PP o del PSOE es mi compatriota”, ha añadido.

Rivera también ha sacado pecho de su primera entrada en un gobierno autonómico y ha preusmido de que “según algunas encuestas podemos priesidir comunidades y ayuntamientos. En mayo vamos a dar un salto cualitativo”. A lo que ha añadido burlas a Podemos: “Podemos quería asaltar los cielos y ahí está. Podemos hizo no sé cuántas marcas y pactó con muchos nacionalistas y nosotros decidimos hacer un pacto para toda España a fuego lento”.