El liderazgo del presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, nació endeble, delicado y prematuro tras la caída insólita y paradigmática del extinto Pablo Casado. Presidir un partido político de la envergadura del PP te proviene de un poder, unas competencias y unas capacidades de actuación que deben permitirte ejercer dicha capitanía de forma contundente para expandir una hoja de ruta jerarquizada que imprima fuerza y decisión política a tu posición desde la cúspide. Feijóo, cabecilla actual de Génova 13, convive al filo del abismo constantemente: se le acumulan las voces críticas “afines” y las encuestas no le terminar de arropar.

El principal problema de Feijóo no son sus socios, mejor dicho, su único socio: Vox. Su verdadero talón de Aquiles es la falta de convencimiento que genera entre los suyos y su electorado. El popular siempre será recordado por haber soñado en alto en las elecciones del 23-J. De hecho, algunos piensan que no se ha recuperado de aquella caída. Los de Santiago Abascal han sido los encargados de lucir una postura conservadora con más éxito y rotundidad, lo que ha empequeñecido, más si cabe, al actual líder de la oposición.

El expresidente del Gobierno, José María Aznar, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, la expresidenta madrileña, Esperanza Aguirre, el exministro de Defensa del gobierno de Aznar, Federico Trillo, el exministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, y la expresidenta del PP Vasco, María San Gil, entre otros, son algunos de los componentes del sector del “aznarismo” más crítico con la supuesta centralidad, equidistancia y tibieza de Feijóo.

En aristas polémicas como el aborto, la inmigración, el cambio climático o las relaciones para con Vox, esta parroquia aboga por la dureza, la radicalidad y la impasividad. Mientras, Feijóo se intenta desmarcar de opiniones pasajeras e intenta desquitarse de presiones, sugerencias y cuando no, de zancadillas. Feijóo, con alma de bombero, intenta perimetrar y acabar con el fuego que le rodea. Con todo, incluida la gobernanza de la mayoría de las Comunidades Autónomas y la radicalización de su retórica, el popular sigue sin despegar: las encuestas radiografían la caída en picado de su liderazgo y la imperiosa y creciente necesidad que tendrá de pactar con Vox para alcanzar el Palacio de la Moncloa.

Esperanza Aguirre, vocera del liberalismo

La última en confiar en “hacer a Feijóo liberal poco a poco” ha sido Aguirre. La expresidenta de la Comunidad de Madrid ha reconocido que Feijóo se ha puesto al frente del Partido Popular en “el momento más difícil de los últimos 44 años” y ha defendido la constitucionalidad de la extrema derecha, el único socio al que aspiran a seducir, en la Comunidad Valenciana, en Extremadura, en Castilla León, en Andalucía, y en el resto de España. En el Foro La Región, en Ourense, también arropó a la actual lideresa de la Puerta del Sol, su querida admirada y tutelada, Isabel Díaz Ayuso, elegida “por una abrumadora mayoría de madrileños” y con grandes aspiraciones, según la propia Aguirre: “Tiene 40 y poquísimos años, ¿que a lo largo de la próxima década quizás se plantea ir a la política nacional? Si es así, confío y deseo que tenga éxito”, ha aseverado.

En todo caso, ha puesto en valor a Núñez Feijóo, a quien le ha reconocido que se postulase a dirigir el PP cuando en Galicia “había ganado cuatro mayorías y estaba tan contento y cómodo”. “No es fácil lo que está haciendo Feijóo. ¿Que no es liberal? Bueno, yo creo que le vamos a hacer liberal poco a poco”, ha subrayado. La que fue también presidenta de la Cámara Alta y ministra de Educación y Cultura, ha confesado que está convenciendo al líder popular de que “necesita conseguir medio millón de votos de los que votaban al PSOE”, ha dicho. Respecto a Vox, ha remarcado que “es un error tragar con la idea de que no es un partido constitucional”. “A mí me parece que es perfectamente constitucional, con el que yo discrepo, pero estoy de acuerdo en lo más importante: la unidad de España, la defensa de la vida, la defensa de la propiedad y de la libertad”, ha reivindicado.

Aguirre, cuya hermana, Rocío Aguirre, es actual diputada del grupo parlamentario Vox, ha arremetido contra Pedro Sánchez por haber colonizado la mayoría de las instituciones: Todas están colonizadas y ahora las empresas privadas, con nuestro dinero invierte en Telefónica y en Indra, ha criticado. La que es una de las mayores detractoras de Mariano Rajoy, también ha cargado contra José Luis Rodríguez Zapatero, al que ha acusado de “terminar con el espíritu de la Constitución” con la firma del ‘Pacto del Tinell’. “Institucionalizó como ideología el odio a la derecha y eso es lo contrario del espíritu de la Constitución”, ha insistido. Aguirre, que ha pedido el fichaje de Marcos de Quinto para su partido, cerró su intervención proclamando: “¡Viva la libertad, carajo! ¡Viva España! ¡Viva el Rey!”.

Los acérrimos subordinados de Feijóo elevan el tono hasta límites insospechados para llamar la atención del votante de derechas más radicalizado y contrarrestar la ofensiva interna que tanto complica la vida a la dirección nacional del partido. El lugarteniente y recién nombrado secretario general y de organización del PP, Miguel Tellado, percute en la máxima de guerrear verbalmente hasta el infinito. En su última contienda, Tellado ha parafraseado al dictador Francisco Franco y se ha preguntado: "¿Pero qué Gobierno de vagos y maleantes preside Pedro Sánchez?". Mientras, el Ejecutivo sigue celebrando el pronunciamiento del abogado general del TJUE sobre la ley de amnistía.

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