Este viernes la derecha y la extrema derecha han salido en bloque a cargar duramente contra el Ejecutivo que lidera Pedro Sánchez, después de la comentada ausencia del Rey Felipe VI en Barcelona en la entrega de despachos a los jueces. Una no presencia que se magnificaba exponencialmente después de que el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, afirmara que el monarca le había telefoneado para trasladarle que le “hubiese gustado” acompañarle en el acto.

La llamada provocó un sismo político, después de que algunos dirigentes de Unidas Podemos como Pablo Iglesias, Alberto Garzón o Pablo Echenique acusaran a Felipe VI de “maniobrar contra el Gobierno”. A esas críticas respondieron Partido Popular, Ciudadanos y Vox –que ya venían denunciando un supuesto veto al monarca por parte del Ejecutivo central- exigiendo a Sánchez que censurara a sus ministros y defendiera la figura del Rey. “Los ataques del Gobierno al Rey son intolerables. Si Sánchez no desautoriza inmediatamente a su vicepresidente y ministros será responsable de la más grave crisis institucional de nuestra historia reciente”, señalaba el líder de los populares, Pablo Casado.

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Por su parte, después de toda la polémica suscitada, a última hora del viernes fuentes de la Casa del Rey salían al paso de las informaciones para calificar la llamada de Felipe VI y Lesmes “de cortesía” y “sin consideraciones institucionales”. Una llamada a la calma que ha repetido este sábado la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que ha emplazado a “todos” a "empezar a tranquilizarse" y a mantenerse en su posición constitucional. “Y cuando digo todos, digo todos”, ha subrayado la dirigente socialista.

Juan Carlos I se quedó sin visitar Cuba por orden de Aznar

Sin embargo, suponiendo que la ausencia de Felipe VI corresponda a una especie de veto del Ejecutivo central con el objetivo de evitar protestas de los independentistas radicales por la inminente publicación de la sentencia sobre la inhabilitación del president de la Generalitat, Quim Torra, cabe destacar que no sería la primera vez que el Gobierno de España priva a un monarca de hacer una acción. En este sentido, hay que recordar que en 1998 José María Aznar, entonces presidente, no permitió que Juan Carlos I, entonces Rey, viajara a Cuba de manera oficial. El dirigente del PP justificó la decisión asegurando que no quería “lavar la imagen” de Castro y de su “régimen dictatorial”.

La medida generó una notable tensión entre el presidente del Gobierno y el Jefe del Estado. De hecho, Juan Carlos I llegó a confesarle a un periodista de EEUU que el motivo de que no viajara a Cuba era que Aznar “no le dejaba”. Sin embargo, en aquella ocasión, ningún dirigente del PP alzó la voz contra su líder, ni puso en valor la labor de la Monarquía.

Por último, hay que mencionar que la primera visita oficial de un monarca español a la isla tuvo que esperar dos décadas, ya que fue Felipe VI quien a comienzos del año 2018 viajó por fin a Cuba.