Pablo Casado ha coincidido una vez más con su mentor, José María Aznar, esta vez en la Universidad Francisco de Vitoria. Un importante encuentro para que no olvidemos de dónde viene y hacia dónde va el actual líder del Partido Popular.

Como es costumbre, el expresidente del Gobierno habló desde su púlpito, como el que se cree propietario de la verdad absoluta. Lo paradójico fue que instó a Casado a tener voz propia, cuando al mismo tiempo lo estaba convirtiendo en un muñeco del que él mismo es el ventrílocuo. “Hay que confrontar con el Gobierno como si Vox no existiera, y confrontar con Vox como si no existiera el Gobierno”, dijo Aznar. Eso sí, siempre obedeciendo la voz del amo, que es él mismo.

Culpó a Mariano Rajoy Brey del auge de formaciones como Vox y Ciudadanos, y añadió que la mentación del centro-derecha conduce inexorablemente a la derrota”, pero cometió un doble error. El primero, eludir toda responsabilidad, cuando los dos partidos mencionados fueron fundados por alumnos aventajados suyos, Santiago Abascal y Albert Rivera. El segundo, hablar de centro-derecha cuando dos de los partidos que representan la división han perdido el centro hace tiempo, y el restante representa la ultraderecha pura y dura.

Podría haber un tercer error: llamar implícitamente a ocupar el espacio de Vox, algo que alejaría más, si cabe, al Partido Popular del centro político. Un espacio que ya está ocupado, y bien ocupado, por los de Santiago Abascal.

Las elecciones autonómicas en Galicia serán un importante termómetro. Allí, la moderación de Alberto Núñez-Feijóo logró, en las últimas elecciones generales, que Vox no consiguiera ni un sólo escaño. Acaso, el centrismo de Feijóo sea impostado y lo que busca es enfrentarse al radicalismo de Casado para acabar siendo su relevo natural. De momento, triunfa.

También será importante el resultado de Cataluña, en las elecciones recién anunciadas por el president Quim Torra. Allí sí se puede prever un escenario de lucha por ser el más radical de los radicales. El punto será hacia qué partido irán los votos que, previsiblemente, perderá Ciudadanos, que continúa su viaje a ninguna parte. No hay que olvidar que los naranjas son, todavía hoy, el grupo mayoritario en el Parlament. Será para preparar palomitas y sentarse a ver el espectáculo que brindarán PP y Vox, a ver quién la dice más gorda.

Para que no haya dudas sobre cuál es la intención de Pablo Casado, su charla con José María Aznar tuvo como título “España ante un cambio de régimen”. Se insiste en un Apocalipsis que no está ni se le espera. La culpa de todos los males es de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Mariano Rajoy Brey. De todos, menos de ellos dos. “El riesgo de España no es que haya un cambio en las normas escritas, sino de las no escritas”, como el respeto a la división de poderes, dijo Aznar. Si es que hasta provoca risa que el PP se dé el lujo de criticar, en esta charla una vez más, el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado. ¿O ya nos olvidamos del tropel de jueces amigos del PP, que ascendieron por el PP y participaron en Tribunales que juzgaron al PP?

Aznar es el caballo de Atila de la política. Donde pisa, no vuelve a crecer la hierba. Ni la concordia.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com