Suenan con más fuerza los tambores de guerra en Ciudadanos. Alcalá 253 será uno de los focos de la actualidad política este lunes previo al Día de la Constitución. El viernes, Edmundo Bal escenificó la fractura, que ya era vox pópuli, y anunció su candidatura a presidir el partido, adelantándose a una Inés Arrimadas que ha se ha mantenido en un discreto segundo plano ante la traición de quien fuera uno de sus principales apoyos. El silencio se acabará esta jornada, en torno a las 12:30 de la mañana, momento en el que la catalana anunciará si deja paso al portavoz para que sea él quien lidere la refundación o presentará su proyecto y acentuar la batalla fratricida.

“Quiero liderar el proceso de refundación de la mano de los militantes para llegar a esa asamblea de la que tenemos que salir todos unidos y más fuertes”. Con estas palabras, Edmundo Bal constataba la guerra civil en Ciudadanos y consumaba su ruptura con Inés Arrimadas. Los liberales, hostigados por la realidad demoscópica, se vieron obligados a iniciar un proceso de refundación que concluirá el próximo 15 de enero, fecha en la que se clausurará la VI Asamblea General del partido y que abrirá la puerta a una nueva vida para el mermado espacio liberal.

El cónclave liberal será un torniquete en el plano orgánico. De él brotará un partido renovado y con las heridas cicatrizadas. Al menos así lo espera el hasta ahora único candidato a liderar la fuerza centrista. La realidad es que la fractura interna ha tensionado -y de qué manera- un rearme ideológico concebido como impulso para el resurgir.

La espera concluye

La militancia naranja está llamada a votar el próximo mes de enero y lo hará en base a los nuevos documentos de la refundación, los que laminaron el modelo cesarista en favor de una bicefalia que ya dividió a la dirección liberal en su momento. Lo esperado es que Edmundo Bal se mida a Inés Arrimadas por esa portavocía política de Ciudadanos, la que antes se catalogaba como presidencia.

Sin embargo, ni Arrimadas ni su entorno han confirmado su candidatura siquiera. De hecho, la catalana se ha mantenido un perfil bajo desde que Bal aireara el divorcio con su anuncio. En cambio, sí han mantenido conversaciones entre ellos, aunque telefónicas, tal y como admitió el pasado viernes el abogado del Estado ante las cámaras de Al Rojo Vivo de LaSexta. El portavoz llamó a la líder de la formación para trasladarle sus intenciones cinco minutos antes de su comparecencia frente los Leones del Congreso. “Me pidió que me tomara un café con ella antes, pero le dije que mejor después”, admitió. En cualquier caso, prometió una reunión con la presidenta de Ciudadanos. “Hablaremos”, resolvió.

Con todo, Arrimadas optó por no pronunciarse y aguardar. La espera concluye este lunes. La líder del partido romperá su silencio, previsiblemente para presentar sus credenciales de cara a la batalla orgánica. De momento, las dudas consumen la actualidad del partido liberal, hasta que a partir de las 12:30 las disipe y lo hará desde el cuartel general de Ciudadanos en vísperas del Día de la Constitución.

Los diputados, con Bal

Por el momento, sí ha trascendido que Edmundo Bal se ha ganado el favor de sus compañeros de escaño. El abogado del Estado tiene a su lado a la totalidad del Grupo Parlamentario liberal, con la salvedad de Guillermo Díaz, que ha ido ganando protagonismo a lo largo de la legislatura y mantiene incólume su fidelidad a Arrimadas. En tierra de nadie se sitúa el ideólogo de la fallida moción de censura en Murcia -el principio del fin de Ciudadanos-, José María Espejo, otrora fontanero de la formación.

El entorno de Arrimadas cree que la catalana tiene el apoyo mayoritario a escala orgánica. Sin embargo, según el termómetro de varios de comunicación, este no es tan amplio como consideran.

Entre tanto, el portavoz liberal justificó este fin de semana, en las páginas del diario El País, que su anuncio se enmarque en una pura batalla por el poder orgánico. Ya deslizó el mismo viernes que no se presentaba “contra Arrimadas”, sino que lo hacía porque se ve con fuerza para encabezar el partido tras su refundación.

En este sentido, Bal ha reclamado a Arrimadas que no se presente a las primarias, que se celebrarán el 9 y 10 de enero, que “dé un paso a un lado”. Considera que del cónclave de la refundación debe emerger un “nuevo líder” y ese “no puede ser Inés”. Sí ha admitido que hace “tres o cuatro semanas” se tensó su relación con la dirigente naranja, cuando manifestó en público su desacuerdo con el modelo bicéfalo.