El archivo de la denuncia presentada por Amama en la que se exponía una supuesta manipulación de mamografías en el SAS ha sido una de las noticias más destacadas del inicio de la semana. Un hecho que provocaba reacciones entre diferentes personalidades, entre las que destacó las palabras que en su perfil de la red social 'X' dejó la abogada de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Sin rodeos, Lupe Sánchez hacía una valoración de cargado contenido político en la que, además de solo hacer mención a una parte del escándalo de los cribados del cáncer de mama, también hablaba sobre los fallecidos en las residencia madrileñas durante la pandemia.
Este martes se conocía que la Fiscalía de Sevilla ha cerrado una de las líneas de investigación más sensibles del escándalo de los cribados de cáncer de mama en Andalucía: la posible manipulación de historiales clínicos de mujeres que sufrieron un diagnóstico tardío. La causa se abrió tras la denuncia presentada en octubre por la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama de Sevilla (Amama), que acusó al Servicio Andaluz de Salud (SAS) de haber borrado y alterado mamografías almacenadas en su servidor digital.
Amama aseguró entonces que varias pacientes habían detectado la desaparición de algunas de sus pruebas diagnósticas, mientras que otras aparecían modificadas en el sistema informático. La gravedad de la acusación llevó a la Fiscalía a reaccionar de inmediato: solo 24 horas después, abrió diligencias para esclarecer si existió un borrado intencionado de documentos médicos, un movimiento que desencadenó un evidente terremoto político en el Gobierno de Juan Manuel Moreno. El Ejecutivo andaluz negó desde el primer momento cualquier manipulación de los historiales.
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Tras "analizar los informes técnicos" del SAS y las "pesquisas" de la Unidad de Policía Judicial, el Decreto de fecha 26 de noviembre de 2025 concluye que no hubo "ni saturación del sistema, ni manipulación interna ni sabotaje externo". Así, la Fiscalía sevillana argumenta que la caída del servicio de visualización experimentada en octubre fue "provocada por una avalancha de peticiones" que saturó el módulo de 'Visor para la ciudadanía' y que no se aprecian indicios de delitos de descubrimiento y revelación de secretos ni de daños informáticos.
Frivolizando con los fallecidos en las residencias de Madrid durante la pandemia, la abogada de Isabel Díaz Ayuso, Lupe Sánchez, no tardaba en dejar en las redes sociales sus conclusiones del archivo de esta causa. De esta manera, tras compararlo con el caso madrileño, dejó ver una posible desconfianza en los procesos judiciales y hablaba del número de posibles fallecidas por los fallos en el Servicio Andaluz de Salud en un tono, prácticamente, de desprecio.
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El supuesto borrado de mamografías solo era un grano de arena de la montaña
El archivo de esta denuncia de Amama solo concluye una de las partes de un escándalo mucho mayor y que todavía sigue teniendo heridas abiertas. El caos de los cribados del cáncer de mama, que estalló hace unos meses y que llevó a conocer que miles de mujeres llevaban hasta dos años sin conocer los resultados de pruebas diagnósticas ha provocado una situación de enorme tensión en Andalucía, que agrava la gran preocupación existente en torno a la situación que atraviesa el sistema sanitario público de esta comunidad autónoma.
Un suceso que ha llevado a que muchas mujeres de Andalucía teman no ser conscientes de si padecen o no cáncer de mama y si este puede haber estado avanzando en el tiempo que no han conocido los resultados de sus análisis. Una situación en la que ha habido propagación de bulos por parte de la Junta de Andalucía y el Partido Popular, en relación al protocolo de comunicación, y que ha encontrado una dimisión más de un consejero de Sanidad del Gobierno de Moreno Bonilla.