- ELPLURAL.COM: ¿Cómo se encuentra después de que el juzgado de Castellón haya emitido una sentencia que obliga a sus dos hijos, de 8 y 9 años de edad, a vivir a más de 200 kilómetros de donde usted lo hace ahora?
- Paloma Sanz: En primer lugar sorprendida y después muy preocupada, ya que se trata de una sentencia sin precedentes que me impide continuar ostentando la guardia y custodia de mis hijos en Beneixama, pueblo alicantino donde resido y trabajo como funcionaria pública con una plaza en propiedad desde hace dos años. Incomprensiblemente, los tres magistrados que firman la controvertida sentencia obligan a mis niños a trasladarse a Castellón, que está a más de 200 kilómetros de donde trabajo. Y esta decisión la adoptan sin motivación alguna y lo que es más incomprensible, sin que ninguna de las partes hubiéramos solicitado tal medida.

- ¿Cree que la sentencia hubiese sido otra si su expareja no hubiese sido el senador del Partido Popular por Castellón, Manuel Altava Lavall?
- No sé si lo que más ha podido influir en el ánimo de los tres magistrados que firman la sentencia es la condición política del padre de mis niños, o su condición de magistrado, pero lo cierto y verdad es que han emitido un fallo judicial incongruente, injusto e inexplicable. De hecho, desde el mismo momento en que conocí la sentencia, pedí su aclaración. Me gustaría saber qué entienden esos tres señores, insignes juristas de profesión, por “guarda y custodia de los niños” si con su fallo judicial me obligan a ejercerla a una distancia de más de 200 kilómetros.

¿Cómo es posible cumplir tan irónica resolución que, primero reconoce mi derecho a ostentar la guarda y custodia –tal y como yo había pedido-, y sin embargo establece una distancia física tan grande entre madre e hijos? Creo que estamos ante una sentencia ilógica, porque si quisiera cumplirla y estar al cuidado personal de mis hijos, necesitaría tener el don de la obicuidad.

- En cualquier caso, ¿qué opinión le merece que su expareja defienda en el Senado la custodia compartida y después consiga judicialmente alejarle de sus hijos?
- Me parece que la mujer del César, además de honrada, debe parecerlo. ¿Este senador es pro-custodia compartida para los demás y no para sus hijos? ¿No le importan mis derechos como mujer trabajadora y madre? Que nadie se engañe. Está claro que su propuesta únicamente obedece a la búsqueda de votos y en ningún caso al bienestar de los hijos de las parejas separadas, ni a la defensa de los derechos laborales de las madres, entre las que yo también me encuentro.

- ¿Ha recibido algún tipo de presión por parte de Manuel Altava o su entorno político para que usted se dé por vencida y renuncie a vivir con sus hijos?
-  Presión es un término menos agobiante que persecución. Llevo ocho años intentando sin éxito que Manuel Altava me deje en paz. He recibido más de doscientas cuarenta citaciones judiciales procedentes de él y de su entorno más cercano. Altava me ha sentado decenas de veces en un banquillo judicial, ha expoliado por la fuerza mi casa y mi empresa. Y lo ha hecho ayudado por policías de paisano. Pero esta vez, con los niños, se ha pasado de la raya. En el pasado le han permitido expoliar mi casa. Ahora no voy a quedarme quieta mientras le ayudan a arrancarme a mis hijos.

- ELPLURAL.COM: ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar para defender a sus hijos? ¿Cree que Manuel Altava debería temer algunas revelaciones que usted pueda realizar sobre su pasado?

- Paloma Sanz: Como madre llegaré hasta donde tenga que llegar para reivindicar mi derecho a poder estar con mis niños y, sobre todo, el derecho de mis hijos a estar con su madre y ser felices en su pueblo, donde les encanta vivir. Desde luego, no pienso defraudar a mis hijos. Por tanto, no me importa que los tentáculos del poder del padre pretendan asfixiarnos, ni con incomprensibles resoluciones judiciales, ni con amenazas que me ha hecho llegar a lo largo de los años, ni siquiera con su frase preferida -“tengo las llaves de la cárcel”-.

Sobre si teme o no el senador que yo pueda hacer memoria, eso es algo que debería contestar el mismo. En cualquier caso, los hechos están ahí y muchas veces dejan un rastro imposible de borrar. Eso lo saben los que participan en ellos.

-  ¿Y cómo se encuentran sus hijos tras enterarse de la sentencia judicial? ¿Cómo viven todo este revuelo mediático?
- Mis hijos están sufriendo muchísimo y me siento impotente cuando intento remediar este sufrimiento, porque no se trata de administrarles una medicina para bajarles la fiebre o ponerles una tirita después de una caída. El niño ha llegado a escribir una carta diciendo que no entiende por qué ni su hermana ni él van a poder vivir con su madre en su pueblo. Para mí es totalmente desgarrador ver sus lágrimas y no poder asegurarles que en septiembre voy a poder seguir a su lado porque un tribunal les quiere situar a más de 200 kilómetros de distancia.

- ¿Pero por qué no abandona Beneixama y se traslada a Castellón? ¿Se niega únicamente a hacerlo por motivos laborales o existen otro tipo de reticencias? ¿Cuáles?
- En primer lugar, no se trata de una cuestión de mera voluntad. Soy funcionaria pública y mi plaza en propiedad está en el Ayuntamiento de Beneixama, donde mis hijos y yo hemos vivido plenamente felices desde hace dos años. Ninguno de los tres queremos volver a vivir en Castellón, a pesar de que al senador Altava le venga bien y esté haciendo todo lo posible para que así sea. Además, yo no me siento segura en Castellón. Allí, la presión que ejerce el entorno de influencias del senador Altava nos condiciona totalmente la vida. Es en Castellón donde más sufrimos su poder. Fue en Castellón donde ayudado por la Policía de paisano y por la Policía Local de uniforme, Altava expolió mi casa y mi empresa.