Beatriz Rodríguez Castañeda, de blanco, charla con José María Aznar y Alfredo Prada. (Foto cedida por Radio León)



El Partido Popular ha suspendido de militancia, de manera cautelar, a la concejala de Campazas (León), Beatriz Rodríguez Castañeda, que fue pillada por la Guardia Civil mientras transportaba un kilo de marihuana y varios utensilios de pesaje de droga en su coche, junto a su marido, el también edil del PP en Gusendos de Otero. "Esa conducta tiene poco o nada que ver con su cargo político, tiene que ver con una conducta personal", ha asegurado el número dos del PP en la región, Eduardo Fernández.

Sin embargo, el PP no ha podido ejercer la misma medida con el marido de Rodríguez ya que no milita en la formación, pese a ser concejal por dicho partido en otra localidad leonesa. Por ello, a ambos se les ha pedido que devuelvan el acta de concejal.

"Alarma social"
La decisión, tomada por el comité de derechos y garantías del PP, busca complacer los deseos de la dirección leonesa del partido, que había exigido medidas urgentes para frenar la "alarma social" generada.

"Un calvario"
La pelota ahora está en el tejado de Rodríguez, quien antes de la suspensión ya había asegurado que no pensaba renunciar ni a su puesto de concejal ni a la Vicepresidencia de la Mancomunidad de Municipios del Sur de León, y que además acusó a la dirección provincial del PP de dejarla "desamparada" mientras sufre su particular "calvario".

"Poco a nada que ver"
Reproches que desde el PP de León respondieron con contundencia: "Esa conducta tiene poco o nada que ver con su cargo político -aseguró el número dos del PP, Eduardo Fernández, según recoge Radio León- Tiene que ver con una conducta privada que requerirá, probablemente, su reproche penal en sede judicial y cuando se clarifique su grado de participación en asunto el partido decidirá en función de la sentencia”

"Bastantes bromas circulan ya"
“En el entretanto y habida cuenta del asunto del que se trata, bastantes bromas circulan ya por ahí, yo entiendo que ella esté pasando un calvario, pero es un calvario que no tiene que ver con su representación política, sino que es puramente personal”, concluye Fernández.