La batalla de Madrid ha dado a Pablo Casado la excusa perfecta para defender su liderazgo en el PP. Eso, sumado a que Ciudadanos no ha podido consumar el sorpasso. Es cierto que puede estar contento por haber salvado los muebles pero se trata de una victoria agridulce. El PP no ha ganado en ninguna comunidad autónoma salvo en Ceuta y Mellilla. Por provincias, Pablo Casado sólo puede presumir de Ávila, Salamanca, Ibiza, La Palma, Hierro y Lanzarote.

El PP podrá gobernar en la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de la capital, Castilla León y Murcia, pero dependerá de alianzas con Ciudadanos y VOX.

La batalla madrileña ha sido clave para Casado ya que le permite revalidar el Gobierno regional y recuperar la alcaldía de la capital. Paradójicamente se trata de los peores resultados históricos en ambas plazas. En la Comunidad de Madrid los populares pierden 18 escaños y se quedan como segunda fuerza, por detrás del PSOE, con 30 diputados. La candidata popular, Isabel Gómez Ayuso sí podrá sumar mayoría con Cs --que sube 9, hasta 26-- mientras que Vox entra con 12 diputados en la Asamblea.

Además, podrá conformar gobierno en el Ayuntamiento de Madrid -con apoyo de Cs y Vox-- y abandonar así la oposición en la que han estado estos últimos cuatro años pese a haber ganado en solo seis de los 21 distritos de la capital, y tras haberse dejado en el camino seis ediles.

Para Casado es un doble triunfo ya que tanto Gómez Ayuso como Almeida eran sus dos apuestas personales. Ahora, según dijo él mismo, comienza la "remontada". Lo cierto es que lo tiene complicado ya que, salvo en esos bastiones, ha perdido en el resto de España.