El beso de Pablo Iglesias con Xavier Domènech ha dado mucho que hablar incluso internacionalmente, pero donde más excitación ha provocado ha sido lógicamente dentro de nuestras fronteras y más concretamente en el sector conservador. Primero fueron las caras de incomodidad de los populares en el hemiciclo, que han sido hasta analizadas en programas políticos. Pero luego voces de referencia de la 'caverna' han puesto el grito en el cielo para mandar a Iglesias a besarse a Irán, para alertar de que llegaremos al "griego y el francés en el escaño" o incluso para disertar, como en el caso de un consejero de El Español como Antonio Camuñas, sobre la vida sexual del líder de Podemos.
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