“Tolerancia cero; no valen excusas, no valen cargos políticos”, dijo María Dolores Cospedal el pasado abril en Ciudad Real en un acto con mujeres montado ad hoc por la siempre servil diputada del PP, Carmen Quintanilla, para el lucimiento de su secretaria general y del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que sonreía cuando su número dos arremetía contra el eurodiputado socialista Juan Fernando López Aguilar, acusado en ese momento de malos tratos y finalmente archivado el caso porque no había fundamentos jurídicos para mantenerlo abierto. “Cuanta más responsabilidad tiene una persona más cuidadoso tiene que ser con el respeto que le debe a la mitad de la población”, dijo, en referencia a las mujeres, que irrumpieron en un aplauso prolongado ante el éxtasis levitador de la neocon.

Condena con la boca pequeña
Tres meses después,  la “tolerancia cero” exigida por Cospedal se convierte en una tibia condena contra las declaraciones de su alcalde de la localidad conquense de Villares del Saz, José Luis Valladolid, que llamó en Facebook “puta barata” a la portavoz del PSOE en Castilla-La Mancha, Cristina Maestre.  Tan light ha sido la respuesta de Cospedal, que se ha apresurado a recalcar que su alcalde, con el que aparece fotografiada en todos los medios de comunicación, “ha pedido perdón”, como si con las disculpas se pudiera dirimir su responsabilidad, que pasa, según todos los partidos políticos y sindicatos, menos el PP castellano-manchego, por su inmediata dimisión.

El verso sueldo de Esperanza Aguirre
Aunque también es cierto que destacados líderes del PP nacional no han dudado ni un momento en pedir el cese de este alcalde. Tal es el caso de la ahora portavoz del Grupo Municipal Popular y presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, quien ha catalogado de “absolutamente intolerables” los insultos de este individuo, asegurando que “este señor debería apartarse del cargo electo”. En términos parecidos se ha expresado el vicesecretario general de Sectorial del PP, Javier Maroto, quien en rueda de prensa ha considerado “absolutamente inaceptables” los insultos de Valladolid. Maroto también  ha avalado la apertura de un expediente disciplinario, de cuyos resultados  a la hora de editar esta crónica no teníamos conocimiento del mismo.

Todos contra el alcalde machista…
Pero lo triste de todo este asunto es que Cospedal ha tardado 48 horas en dar la cara, mientras que PSOE, Podemos, sindicatos, asociaciones de mujeres…exigen contundencia contra estos insultos, a la vez que lamentan la postura, “casi consentida” de ciertos dirigentes del PP castellano-manchego, que como Carmen Riolobos todavía no ha condenado estas injurias. No solo eso, lamentan que ahora los “populares” de la región estén intentando, en cierta manera, “minimizar” la importancia de las graves palabras lanzadas por el alcalde de su partido, “poniendo el ventilador para confundir a la opinión pública” acusando a la alcaldesa de Ciudad Real de tener un asesor que lanzó insultos contra Cospedal. “Algo que no es cierto porque ni es asesor de la alcaldesa ni es socialista” o recordando declaraciones de Emiliano García-Page o del diputado Fernando Mora sobre Cospedal, “que está claro que fueron tergiversadas y sacadas de contexto”. Para la portavoz socialista, Blanca Fernández, Cospedal no puede quedar al margen porque las declaraciones del alcalde de Villares del Saz son las más duras que habíamos oído contra las mujeres desde las realizadas por el ex alcalde de Valladolid. “Aquí ha habido insultos directos muy graves”, ha sentenciado.

...Pero el machista no piensa dimitir
Sea como sea, cualquier alcalde, que no fuera del PP, claro, ya habría dimitido; o en el peor de los escenarios, cualquier partido, que no fuera del PP, claro, ya lo habría expulsado, máxime después de que la chulería de José Luis Valladolid haya alcanzado cotas ignominiosas al asegurar que no piensa dejar la alcaldía y que la “dimisión quien me la tiene que pedir es mi pueblo”, no el PP, no la sociedad democrática, ni los partidos políticos, ni los sindicatos, ni las asociaciones de mujeres, ni nadie. No, el todavía alcalde de Villares del Saz ha confesado en declaraciones a SER Cuenca que no se puede ir porque no “puede” abandonar a su pueblo, al que defenderá siempre. Aún es más, asegura que cuando puso a disposición de sus concejales su cargo, todos los ediles “peperos” aseguraron que, si dimitía, se iban con él. Y claro, un mesías no puede abandonar así como así a sus acólitos, aunque haya tratado a la representante de cientos de miles de mujeres de “puta barata podemita”.