Con el nombramiento del teniente general Francisco Javier Varela, natural de Puertollano (Ciudad Real),  como nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra en sustitución del general Jaime Domínguez-Buj, la titular de Defensa, además de diputada nacional por Toledo, secretaria general del PP y presidenta de la misma formación en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, completa el organigrama  del Ministerio dejando en manos del llamado “Clan de Toledo”  sus principales departamentos con el elección de sus más fieles colaboradores en su etapa como presidenta del Gobierno castellano-manchego (2011-2015). Pero aquí no queda la “manchización”. La ministra ha decidido este año sacar de Madrid el Día de las Fuerzas Armadas y llevárselo a Guadalajara.

Desembarco en Paseo de la Castellana 109

El primero en llegar al madrileño Paseo de la Castellana 109, sede del Ministerio de Defensa, fue el consejero de Red Eléctrica, Agustín Conde, colocado en esta empresa por Cospedal tras quedar apeado en las elecciones generales de diciembre de 2015 al no conseguir el escaño al Congreso de los Diputados por Toledo, después de 30 años ocupando cargos políticos muy bien remunerados (concejal, alcalde, diputado regional, senador, diputado nacional, presidente del PP castellano-manchego…). Cospedal eligió a Conde como “número dos”, nombrándolo secretario de Estado de Defensa, con un sueldo superior a los 115.000 euros. Tras él, llegó el exconsejero de Hacienda, Arturo Romaní (105.000€), que pasó a ocuparse de la Subsecretaría de Estado; al que le siguió José Luis Ortiz, exdirector de Gabinete de Cospedal en la Presidencia de Castilla-La Mancha y elegido para el mismo cargo en el Ministerio (100.000€). A este trío de ases salariales, se unía la jefa de prensa de Cospedal desde 2012, Isabel Gil, que en Castellana 109 ocupa el área de Directora de Comunicación (95.000€). Y el quinteto lo cierra el general manchego Javier Varela (100.000€).

Cospedal rompe la austeridad

Pero aquí no acaba el desembarco manchego. No. Cospedal ha roto el principio de austeridad que regía en el Ministerio de Defensa desde 2012, y este año ha sacado de Madrid los actos centrales del Día de las Fuerzas Armadas llevándoselos hasta Guadalajara, con el consiguiente coste añadido que supone desplazar a las unidades mecanizadas y tropa a otras provincias. Cinco años de ahorro en unos fastos, que tampoco convencen a la unanimidad de la población, tirados por la borda por el capricho de la ministra. En este sentido, basta recordar el empeño de José Luis Rodríguez Zapatero de celebrar ese día por todo lo alto en su etapa presidencial. Y es que Cospedal no conoce el término de “low cost” cuando se trata de aplicarse altas dosis de autobombo.

Guadalajara, provincia fetiche

Autobombo que Cospedal controla y domina cómo nadie desde su época de presidenta de Castilla-La Mancha con la creación del llamado “CospeLeaks”, una tapadera para repartir millones de euros entre los medios de comunicación afines, como el canal de TV Popular de Guadalajara, que recibió cantidades ingentes de dinero del Gobierno regional. Por eso, Guadalajara no es una elección aleatoria. No. La ministra se ha fijado en esta ciudad alcarreña porque sabe que es aquí donde se encuentra su “granero electoral”. No en vano, Cospedal ganó las elecciones autonómica castellano-manchegas de 2011 gracias a los 2.000 votos que le otorgaron “los madrileños” residentes en la capital y en el Corredor del Henares. “Cospedal sabe lo que hace e invierte en Guadalajara para obtener réditos electorales”, reconocen a ELPLURAL.COM fuentes socialistas.

A tres días del 31 de mayo

Y no solo eso. Sacar la celebración del Día de las Fuerzas Armadas de Madrid y llevarse los actos a Guadalajara el sábado, 28 de mayo, tampoco es fruto de la casualidad, ya que tres días después, el 31 de mayo, las Cortes de Castilla-La Mancha celebrarán en Cuenca el Día de la Región, con claro protagonismo para el presidente del Gobierno manchego, Emiliano García-Page, a quien Cospedal no ha perdonado que la expulsara del Palacio de Fuensalida, sede del Ejecutivo castellano-manchego. En círculos políticos nadie duda de que la decisión de la ministra de Defensa trae pareja la contraprogramación de los actos de exaltación autonómica, sabiendo como sabe que la presencia del Gobierno en pleno, de los reyes de España y sus hijas en Guadalajara, además de otros destacados personajes de la galería política, copará la importancia mediática durante un par de días.