Tercer día de Convención del PP y el protagonismo estaba destinado a Pablo Casado. Se cumplió. Éste ha sido un congreso para encumbrarlo como líder absoluto del partido, con el apoyo de otro que en el pasado lo fue, José María Aznar. De hecho, el expresidente del Gobierno volvió a estar en primera fila, junto con su mujer Ana Botella. Dijo que Casado no tenía tutelas, pero ahí está su mirada.

José María Aznar y Ana Botella

María Dolores de Cospedal, exsecretaria general, aceptó la invitación a ir y acudió a la clausura. Se sentó en primera fila, en un lateral, junto a Esperanza Aguirre, un sitio mejor que el que tuvo el viernes Soraya Sáenz de Santamaría. Cospedal entró al recinto ferial donde se celebraba la Convención con prisa, sin querer ofrecer declaraciones a la prensa, más allá de un “todo el mundo sabe a quién apoyé” en las Primarias del verano. Casado compartió algo de protagonismo no sólo con Aznar, sino con Juanma Moreno, flamante nuevo presidente de la Junta de Andalucía. Era recibido con aplausos y con un “presidente, presidente” fuerte. Cuando Pío García Escudero, presidente del PP en Madrid y presidente del Senado, lo citó desde el escenario, Moreno tuvo más aplausos y se levantó a saludar.

María Dolores de Cospedal y Esperanza Aguirre

García Escudero mostró orgullo por Casado: “Sabemos que es un político valiente y responsable que, como dijo Aznar, en un momento crítico supo dar un paso adelante”. Le comparó, por edad, al Rey Juan Carlos y Adolfo Suárez, en la etapa de la Transición. “Hoy está todo el PP, en bloque, contigo”, aseguró. Vaticinó que dentro de unos meses será presidente del Gobierno. Antes, reivindicó el papel de Aznar y el de Mariano Rajoy. Los asistentes a la Convención aplaudieron con más fuerza a la hora de escuchar el nombre de Rajoy que el de Aznar, a pesar de estar éste presente.

Aunque no estaba en el programa, Moreno intervino. “¡Qué bien suena lo de presidente de la Junta de Andalucía! Los campeones somos cada uno de los miembros del PP, con Pablo Casado a su cabeza”, señaló, con una imagen del Palacio de San Telmo detrás, en la gran pantalla del escenario. Avisó al nacionalismo catalán, con tono e intensidad de mitin, con tono de triunfalismo, que “hasta aquí hemos llegado” y que Casado ganará La Moncloa. “Esta ola de cambio no se para en Despeñaperros, llegará a todas las partes de España, llegará a La Moncloa. Pablo, te necesitamos en Moncloa lo antes posible. Todos los afiliados vamos a dejarnos el resto para que seas presidente del Gobierno”, dijo el que antes de las elecciones andaluzas estaba prácticamente desahuciado de su puesto en el PP andaluz, hasta que el impulso de Ciudadanos y VOX le ha revitalizado.

Pablo Casado junto a su mujer

Y llegó el momento de un pletórico Casado. “Tenemos que decir que a España no le va mejor con menos PP. Nunca han mandado tanto los nacionalistas y los radicales. En la práctica, menos PP es más sectarismo”, pronunció, dando respuesta al discurso de Rajoy el viernes. “Aquellos que se fueron a buscar al PP fuera del PP, no lo van a encontrar. Éste es el verdadero PP”, subrayó. “Tenemos que volver a hacer popular este partido. Saldremos a buscar a todos aquellos votantes que se fueron”, añadió. “30 años después, seguimos siendo el partido que mejor ha servido a la Nación”, comentó. Reclamó elecciones generales “cuanto antes”.

Pablo Casado

 

Argumentó que “no hay alternativa” a lo que el PP representa, para hacer frente a su derecha a VOX y a su izquierda a Ciudadanos. “Tenemos vocación de mayoría imbatible. No estamos aquí para sermonear a nadie. No patrocinamos autos de fe. Vamos a crear una gran corriente de cambio social y vamos a darle valor electoral. Buscamos consensos de muchos. La política no consiste en gritar muy fuerte, sino en llegar lejos”, describió. Recalcó que el PP es merecedor de la próxima mayoría absoluta. “No se une España dividiendo el voto. Hay que unir el voto para unir a los españoles de nuevo”, expresó. Jugó a la carta de la unidad de España. Lamentó “la rendición socialista”. Le pareció necesario que “los españoles no sólo sepan quién se presenta a las elecciones, sino lo que representa”. “Si ganamos los populares, los españoles, todos ellos, acaban ganando”, sentenció. “España necesita hoy libertad y vamos a pelear por ella. La izquierda nos sale demasiado cara, nos cuesta demasiados impuestos”, afirmó. Rechazó un “socialismo obligatorio” que “vende España por un plato de lentejas en La Moncloa”.

Casado defendió algunas de sus medidas propuestas: el fortalecimiento institucional, poner en marcha el artículo 155, eliminar a nivel estatal el Impuesto de Patrimonio, aplicar la Ley de Financiación de Partidos para que “no reciban ni un euro lo que van contra España”. Prometió poner “orden en Cataluña” y exigió “sacar las manos de la Educación” a los nacionalistas. Igualmente, reclamó “recursos a favor de la vida”, porque “no hay nada más progresista que defender a la familia”, y “la igualdad íntegra” entre los españoles. De la misma manera, pidió “volver a las políticas responsables de inmigración”. “Queremos hablar menos del Valle de los Caídos y competir con Silicon Valley, mirar más al futuro en vez de remover el pasado”, emitió.

“No hay más PP que éste, el nuestro. Muchos quieren imitarnos, pero no les sale. Recuperemos nuestro orgullo y mostrémonos cómo somos. Y digamos una y otra vez que quien quiera que gobierne el PP tiene que votar al PP. Quiero que salgamos a ganar, y no a empatar”, concluyó tras un discurso de una hora de duración. Después, se puso el himno de España y luces desde el techo hicieron que las gradas se tiñeran de la rojigualda. Se clausuró la Convención poco antes de las 14:00 horas.

Pablo Casado junto a su mujer, José María Aznar y Ana Botella