La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha recibido felicitaciones por lo que algunos medios han calificado de “milagro madrileño”. El descenso de los datos  de contagiados de coronavirus en la región, puesta en tela de juicio por los expertos (que creen que responde a que se han menos pruebas PCR y se realizan triquiñuelas varias para que figuren al margen de la estadística), ha devuelto a Ayuso la confianza de los barones de su partido. Si hace unas semanas varios presidentes autonómicos del PP y otros dirigentes de primer nivel se mostraban reticentes y rehusaban apoyar públicamente a Ayuso, ahora, las tornas han cambiado y de deshacen en elogios hacia ella.

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, ha valorado la “presión” que ha tenido que aguantar por parte del Gobierno de Pedro Sánchez y no ha dudado en tildar de “campaña de desprestigio” las decisiones y declaraciones de todo el Ejecutivo para con la gestión de la Comunidad de Madrid. De hecho, ha reconocido que ha puesto a trabajar a un grupo de expertos porque “cuando vemos que una comunidad hace una buena gestión, con buenos resultados, nos interesamos e incluso, sin ningún pudor, lo copiamos para nuestra tierra”.

Ayuso titubeó al asegurar que contaba con el respaldo de barones: "Si a los otros presidentes autonómicos les hubieran hecho lo mismo, dirían algo"

No es el único halago a modo de reconciliación que ha recibido. Si bien es cierto que Pablo Casado siempre ha apostado por Ayuso, durante las semanas en las que los barones ponían en entredicho sus decisiones, el líder del PP optó por mantenerse al margen. Ahora que el viento ha virado de rumbo, incluso se pasea en coche con la presidenta de la capital por una manifestación contra la Ley Celaá. Tres personas había en el coche: Casado al volante, Ayuso de copiloto y Almeida en el asiento trasero.

El destierro de Ayuso

Los barones y dirigentes populares se arriman ahora al sol que calienta, pero otrora huyeron en cuanto comenzó el chaparrón. La gestión de la pandemia desgastó la imagen de Ayuso hasta niveles insospechados, hasta el punto de que Génova esbozó una estrategia para desmarcarse. Casado habría ordenado a Ayuso suavizar el tono contra el Gobierno de Sánchez al tiempo que la apartaría de las ruedas de prensa. Se buscó así un perfil técnico semejante a Fernando Simón. Por cierto, el elegido fue Emilio Bouza, exjefe de Servicio de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, y dimitió 48 horas después de ser nombrado.

Bouza iba a ser el salvavidas de una Ayuso a la que Génova quería salvar de la quema. Y es que, hasta los suyos recelaban de su gestión. La gota que colmó el vaso fue el posado para El Mundo que evocando a la Virgen de los Dolores, comúnmente conocida como La Dolorosa. La fotografía vio la luz después de que el Gobierno no aprobara el cambio de fase para la región. Las redes se mofaron e hicieron las delicias del respetable con todo tipo de memes, bromas y comentarios, lo que no ha gustado del todo en el Partido Popular.

Fuentes internas de la formación consideraron un “despropósito” la estrategia seguida por Ayuso y marcada por su asesor de cabecera, Miguel Ángel Rodríguez. Según las citadas fuentes, “ha perdido por completo el relato de la gestión de la crisis y su estrategia empieza a hacer aguas”.

Pero las críticas veladas a la interna no eran lo único que preocupaba a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Las comparaciones son odiosas y los suyos empezaron a ver en José Luis Martínez-Almeida un liderazgo más potente.

En una entrevista en El Mundo, Ángel Garrido, ex del PP, llegó a decir que “cada uno tiene su forma de hacer política y su estilo”, refiriéndose a Almeida,” me parece el adecuado”. “Díaz Ayuso tiene otro distinto”, apostilla.

“Yo he sido también presidente y mi recomendación siempre, ante la duda, para quien tiene cargo de responsabilidad, es que se opte por la actitud institucional y no la partidista. Creo que la partidista corresponde a los portavoces de los partidos, a los presidentes de los partidos, pero a quien es presidente o alcalde le corresponde siempre seguir con la actitud institucional y con eso se suele acertar casi siempre”, insistió Garrido.

La tensión entre los líderes territoriales alcanzó su punto álgido cuando Ayuso se quedó sola en el Consejo Interterritorial que cimentó la normativa que permitía confinar varias ciudades madrileñas (luego el TSJM no avaló las restricciones alegando motivos de forma que el Gobierno regional podría haber subsanado).

En una entrevista el 14 de octubre en El Programa de Ana Rosa, Ayuso titubeó a la hora de proclamar que se sentía respaldada por los presidentes autonómicos de su mismo partido. La presentadora le preguntó si había recibido el apoyo de otros líderes regionales o si se “siente sola”, salió por la tangente: “Si a los otros presidentes autonómicos les hubieran hecho lo mismo dirían algo. Dirán exactamente lo mismo”.