Los domingos de septiembre estará en cartel del Teatro del Barrio 1940. Manuscrito encontrado en el olvido, una obra que se inspira en el segundo de los cuatro cuentos de Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, donde Tolo Ferrà se ocupa de la adaptación del texto y la dirección. La pieza evoca el terror infame que sembró el franquismo en la posguerra, reivindicando las historias e intrahistoria que han quedado silenciadas en los discursos oficiales. Hablamos con Tolo Ferrà, director de la pieza y adaptador del texto junto con Nuria Hernando.

¿Por qué decides llevar al teatro el segundo cuento de Los girasoles ciegos

Los Girasoles Ciegos me conmovieron en la primera lectura. Empecé a leer la Primera derrota: 1939 y ya no pude soltar el libro. La Segunda derrota: 1940 me rompió por dentro como ningún otro texto lo había hecho nunca. Y me sigue emocionando cada vez que la leo o lo escucho en un ensayo o en una representación con la envolvente voz de Patxi o de Lidia, quien le sustituirá en una función en el Teatro del Barrio. Nada más acabar de leerlos, me dije: hay que ponerlo en pie. Y costó tiempo. Pero lo conseguimos. Y el proyecto va más allá de este primer montaje pues nuestra intención es llevar a escena los otros tres relatos.Tiempo al tiempo. Cuando leí el texto rondaba ya por mi cabeza la idea de ser padre y puede que éste fuera el principal motivo por el que me decidí a adaptar primero Manuscrito encontrado en el olvido. Es desgarradora la relación del protagonista con su bebé.

Se suele decir que el cine español ha abordado mucho la memoria histórica. Pero, ¿lo ha hecho también el teatro? 

Hay muchas películas que cuentan crudas historias enmarcadas en la época de la Guerra Civil y creo que desde la escena somos muchas las compañías que hemos abordado este período de nuestra historia tratando de rescatar del olvido mucho silencio. Pero creo que sigue habiendo mucho por hacer, mucho por contar, mucho por rescatar.

La historia que se cuenta es intrahistoria de la Guerra Civil. Una de tantas que se han silenciado. 

Recuerdo unas palabras de Alberto Méndez que dicen algo así: "el libro de Los Girasoles Ciegos es el regreso a las historias reales de la Posguerra que se contaron en voz baja, historias de los tiempos de silencio. Se trata de una obra escrita con el ruido de la memoria, que aborda la derrota de todo un país. Derrota colectiva de quienes vivieron con miedo el silencio de las historias que ocurrieron". Creo que hay muchas historias silenciadas que deben ser recuperadas aunque muchas estén ya perdidas en el tiempo. Primero por sus protagonistas, segundo por sus familias y tercero por todas y cada una de las personas que formamos esta sociedad. Hacer memoria implica dejar claro que hubo un olvido. Un olvido deliberado y obligado. Ese ejercicio, el de recordar, nos ayudará a no olvidar de nuevo, para no repetir una y otra vez los mismos errores. Quizás, si este Olvido Histórico se hubiera reparado con anterioridad, otro “gallo" cantaría en las actuales circunstancias y no haría falta hablar de Memoria Histórica sino sencillamente de nuestra Memoria y avanzar de verdad como sociedad que planifica un futuro porque ha aprendido de su pasado.

Hay títeres en escena, ¿qué valor aportan como herramienta escénica?  

Son muchos los valores que ofrecen los títeres en escena en todo tipo de espectáculo, también para adultos. Cobran vida y toman distancia. Distancia entre el títere y quien lo manipula y distancia entre el títere y el espectador, ofreciendo así la posibilidad a quien los contempla de completar en su imaginación la piel, la voz, el movimiento y la personalidad del personaje que representa.  Los títeres nos permiten traer a escena animales, seres imaginarios o bebés, como es el caso, y si la manipulación es magnífica, quien lo manipula desaparece de escena y se crea la magia, el títere cobra vida.