La ciudad se activa con un octubre de recitales que pide agenda en mano. La escena urbana, el punk, el pop y los híbridos que viven entre géneros se reparten por La Riviera, Sala But, Mon, Copérnico, Vistalegre y un Movistar Arena que va camino de convertirse en el termómetro del curso. A continuación, una guía narrativa para que elijas ruta y no se te escape nada.
La apertura corre por cuenta del pop luminoso: Marc Seguí inaugura el mes con melodías adhesivas y estética sin drama el 3 de octubre en la Sala Movistar. Un arranque pensado para corear sin culpa, calentar garganta y recordar que el otoño también se baila.
Desde el indie confesional, Jimena Amarillo pone la primera gran cita doble del calendario el 8 de octubre en La Riviera. Su cancionero —susurro que se vuelve coro— pide este tipo de recinto: lo suficientemente grande para la comunión, lo bastante cercano para que cada verso se sienta a quemarropa.
Ese mismo fin de semana hay otro ritual distinto, más clubero: Juicy Bae llega con R&B futurista y pulsión electrónica, y lo hace por partida doble el 8 y 9 de octubre en Sala But. Son noches de bajos elásticos, autotune bien puesto y un directo que gusta de alargar puentes para que el público entre en trance.
El charco punk-gipsy vuelve a saltar a Madrid con Gogol Bordello, siempre fiesta, siempre sudor: su asalto está marcado para el 10 de octubre en La Riviera. Si no los has visto, entenderás por qué la palabra “pogo” aparece en todas las crónicas; si ya fuiste, sabes que repetir es una obligación afectiva.
El reggaetón del presente pisa fuerte de la mano de Mora, que se apunta doblete grande el 10 y 11 de octubre en el Movistar Arena. Dos noches que prometen barras afiladas, hits coreables y una producción a escala estadio: pantallas, luces y ese rugido en masa que solo se logra en arena.
Y sin cambiar de intensidad, el rock pop mutante del británico YUNGBLUD ocupa pabellón con energía desatada el 11 de octubre en Vistalegre. Guitarras, brillos, declaraciones generacionales y un show pensado para saltar, gritar y salir con la camiseta pegada a la piel.
Al día siguiente toca test de madurez para el pop español: Belén Aguilera da un salto de escala y lleva su mezcla de piano, drama y gancho al 12 de octubre en el Movistar Arena. De la intimidad al coloso, sin perder sensibilidad ni precisión. Expectación alta para una noche de himnos generacionales.
Octubre también tiene su tramo de autor delicado, esa línea fina que mezcla tradición y modernidad. Guitarricadelafuente firma esa postal con un concierto que pinta artesanal y grande a la vez: será el 17 de octubre en el Movistar Arena. Misma fecha, diferente trinchera para quienes prefieren el roce urbano: 8Belial desembarca con barras, beats crudos y sudor garantizado el 17 de octubre en Sala But. Un “dos por uno” perfecto para paladares inquietos: primero el folk-pop expandido, después la descarga underground.
La nueva ola granadina sigue marcando músculo y carisma con Saiko, que pone cita única y explosiva el 18 de octubre en el Movistar Arena. Prometen móviles en alto, pirotecnia emocional y uno de esos estribillos que se te quedan pegados durante días.
El mes también reserva altar para la literatura de barra, la ironía afilada y los himnos de vuelta a casa: Joaquín Sabina canta su biblia civil en doble parada, el 20 y el 22 de octubre en el Movistar Arena. Dos veladas con olor a whisky y aplausos largos, donde cada estrofa se comparte como si fuese patrimonio común.
En clave de pop latino y catálogo radiofónico, Manuel Turizo aterriza con formato grande el 23 de octubre en el Movistar Arena. Baile de principio a fin, un público transversal y ese tipo de producción que sabe vestir el hit sin cubrirlo.
Para templar el pulso, octubre se permite un desvío de altura: La Tania propone tradición con mirada contemporánea el 24 de octubre en Sala Copérnico. Tablao en primera línea, palmas a tiempo, tacón con precisión y una sala que, por tamaño y acústica, multiplica la cercanía.
En el extremo más áspero del mes, Non Servium trae consignas, hermandad y cánticos de grada el 25 de octubre en el Movistar Arena. Punk-oi! en recinto grande: una catarsis colectiva que pide voz, brazos en alto y cero timidez.
La rotación de salas medianas sigue con Munic HB, perfecto para vivir la fricción cara a cara: su descarga está marcada para el 26 de octubre en la Sala Mon. Sonido crudo, cercanía y sudor compartido, ese triángulo que hace de Mon un sitio fetiche.
Y como si fuera poco, llega la trilogía que va a partir el mes en tres: Duki levanta una residencia exprés el 27, 28 y 29 de octubre en el Movistar Arena. Tres noches que confirman estado de gracia: autotune como firma, estribillos de mantra y un público entregado desde el primer drop. Si tienes dudas, la respuesta suele ser “ir dos veces”.
El broche, inevitablemente gamberro, queda en manos de un clásico de la autogestión: Manolo Kabezabolo baja la persiana con nihilismo divertido y punk sin barniz el 31 de octubre en Sala Copérnico. Una noche de Halloween que no necesita disfraces: vale con un buen grito.
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