Nacido en Charlotte, núcleo comercial de Carolina del Norte, SD Kong es un smoth rapper. Sigiloso, elegante, feroz como un guepardo. Uno de los artistas más importantes de la escena underground, el hispano estadounidense acaba de lanzar Fauve!. Tras viajar a la luna en Moon Tapes, Dave Rogers ahora vira hacia el sol. Un álbum personal, pincelado con colores vivos entre sonidos selváticos. Influido por la paternidad, la crianza, el amor y la familia, SD Kong dibuja sobre el lienzo sonoro su paleta de códigos. Puro knowledge. Fobismo en el hip hop. En un mundo ruidoso y beligerante, a veces uno debe moverse de forma sigilosa. Como el guepardo. 

Pregunta: ¿Por qué Fauve!?

Respuesta: Nace de la corriente vanguardista del fovismo y en primar lo salvaje, lo natural. He sido padre hace poco y la paternidad me ha desarrollado el papel de fiera que cuida a su familia. En Fauve! también encaja el rollo selvático y el culto de Matisse por los colores primarios y la naturaleza. Fue desarrollándose todo, traté de hilarlo y encontré el concepto.

P: Eso se ve en el arte del disco. La portada del guepardo, por ejemplo.

R: La hizo mi tía Maggie. El proceso de buscar el rollo primitivo ha sido muy natural. Los colores básicos, el guepardo mirándote de frente... Todo muy directo.

Las vanguardias me volaron la cabeza

P: Dentro del disco, aparece en varias canciones, una especie de narrador que ayuda al oyente a entender el concepto.

R: Lo saqué de un documental sobre fovismo, de hecho. Estuve bicheando un poco y encontré una serie de documentales sobre vanguardias que me llamaron la atención. Esa huida de la ciudad, la naturaleza, la rotura del molde previo, no seguir las líneas, deformar cuerpos... No es la primera vez que utilizo ese recurso ya que en Alla Prima hice algo parecido. 

P: ¿Qué papel juega el arte en tu música? Siempre he percibido esa intención de ir en búsqueda de la belleza.

R: Me hubiese flipado hacer Historia del Arte y siempre lo tuve en mente. Me gustó mucho estudiarlo en bachillerato y desde ahí empecé a investigar. Las vanguardias me volaron la cabeza.  Durante todos mis trabajos ha habido constantes referencias a corrientes como el surrealismo, el dadaísmo y la obra de Magritte, entre otros. Por otra parte, el hecho de haberlo producido entero me ha ayudado a hacerlo aún más personal, más libre de artificios y menos hermético. El objetivo es que todo fuera salvaje, pero ahondando en aspectos como la paternidad, la depresión, el amor y la belleza en lo mundano. También en la batalla entre lo divino y lo humano. Quería desarrollar todo ello desde mi punto de vista.

P: Arrancas con Ícaro, el mito del joven que intentó escapar de la isla de Creta usando alas hechas de plumas y cera, pero quiso volar tan alto que el sol las derritió y acabó muriendo ahogado en el mar.

R: Hay veces que cuando menos te fijas en el puzzle, mejor encaja la pieza. Algo así pasó con Ícaro. Mi pareja se llama Sonsoles y también está en el álbum un tema llamado Sol. Venía de hacer Moon Tapes y en la segunda cara traté temas muy emocionales y alejándome del egotrip. Me parecía interesante salir de la luna y acercarme al sol. Y qué mejor con Ícaro quemándose las alas. La chispa que encendió Fauve! fue ver Ícaro, el cuadro de Mattise. Me salió hacerme unos beats, seguí haciendo temas y acabé con un disco. 

P: Al final del tema, el narrador dice: “El paisaje suave se ha convertido en selva, nos paseamos por él mirando con ojos fauve, acostumbrados al ruido, al movimiento, al dolor". 

R: Como sociedad nos encontramos en ese mismo contexto. Mira ahora, en pleno corazón de la Gran Vía. Llegas a Madrid y te das cuenta del ritmo frenético, inmediato y voraz en el que vivimos. Todo es prisa e inmediatez. Antes, el entretenimiento se salvaba de esa burbuja. Teníamos un disco y lo escuchábamos durante un tiempo, una determinada película se te quedaba meses en la psique... Sin embargo, la cultura se ha convertido en un producto de consumo fast food. 

P: Echo de menos la época en la que no era así.

R: Recuerdo aquello de comprar discos al tuntún. Irte a la zona de rap y elegir los de la portada que más te atrajera...

P: Es cierto que en la actualidad está habiendo un boom de lo físico.

R: Tiene sentido desde el punto de vista de que la gente ya no se puede permitir poseer tantas propiedades como las generaciones anteriores. Una casa, por ejemplo. Eso provoca que la gente le dé bastante valor al coleccionismo. De hecho, esto es el motor de la industria. El vinilo se vende muy bien y hace 10 años era absolutamente impensable. ¿Quién tenía uno cuando éramos chavales? 

Es más sencillo rimar en inglés que en español

P: Éramos más de cd y cintas.

R: Recuerdo cogerme los casettes TDK y grabarme El Rimadero de Jota Mayúscula. Luego llegabas a los recreos e intercambiabas música con tus amigos. También hay un punto nostálgico y melancólico en todo ello, claro. Obviamente, es muy positivo que haya inmediatez a la hora de conseguir cultura. 

P: La familia está muy presente. Sol es para tu pareja y Rey, para tu hijo.

R: Me ha servido para salir de mi zona de confort porque nunca me había puesto tan personal. Probé en escribir un tema para mi hijo antes de que naciera y mientras estuviera gestándose en el vientre de Sonsoles. Pensábamos en el momento del nido, recogiendo las ramas pero también en los felinos en la selva que cuidan de su familia. Traté de no pensar demasiado y que fuera saliendo todo de corazón. 

P: Escribir en inglés y español, ¿complica o facilita las cosas? Más allá de eso mola porque te permite rimar bully ass con Asturias.

R: Ha ido por fases. Al principio rapeaba más en inglés ya que fonéticamente es más sencillo rimar y escuchaba mucha más música en inglés que en español. Sin embargo, luego quise meterle más en castellano. Al final, he llegado a un punto en el que me voy apoyando en ambos idiomas. 

P: El disco es muy personal pero en Chateau Neas metes a pila de gente.

R: Salió de forma bastante orgánica, en estos casos suele ser así. Ya tenía relación con Sison y la gente de No Rules Clan, pero vinieron a dar un concierto en Madrid y se dio. Franco Carter, Luis Lunes y Rapp Gotti también estaban por allí. Quedamos al día siguiente para comer unos cachopos y nos fuimos a grabar al estudio. Es la nota discordante del disco. 

Demasiado perfeccionismo es contraproducente

P: No tenía catado a Sonnyjim y me ha gustado mucho.

R: Le veo como un referente. Es un tío súper chill. Se involucra mucho en los proyectos, es disfrutón y hedonista. Le gusta mucho mi movida y es un lujo trabajar con él.

P: Las marcas también son otras referencias típicas en tu música. Me ha hecho gracia esto en Don Bodegón: “Se creen mega raperos con la Polo Sport, hermano yo no me la pongo ya ni aunque me paguen”.

R: Es una coña ante el hecho de que Polo Sport parece haberse convertido en el uniforme oficial del rapero underground. Esta muy trillado y puede que lo hayamos quemado un poco. Hay que buscar cosas nuevas. 

P: ¿Hasta qué punto eres preso de la perfección?

R: Soy bastante perfeccionista, quizás de más. Es algo que he ido gestionando a lo largo de los años. Antes trataba de depurar todo al máximo y ahora me cuesta menos cerrar los trabajos. Volviendo al surrealismo, descubrí el manifiesto de Andre Breton, la escritura automática y aprendí que cuantas menos vueltas le des a las movidas, mejor. En mi vida personal tiendo a sobrepensar mientras que la música me permite librarme de ese overthinking. Fauve! se materializó rápido. Lo tenía dentro y no me comí la olla demasiado. Demasiado perfeccionismo es contraproducente. 

P: Me ha encantado Jilgueros. Hay sonidos de frecuencias (también en Ícaro) que me han masajeado un poco el cerebro. 

R: He ido metiendo silbidos, rugidos y pitiditos que parecen pájaros en la selva. De hecho, en este tema los sonidos de los jilgueros ya estaban en el sample. Ya ni me acuerdo ni de dónde lo saqué. Los tenía guardado desde 2020 y nunca le di salida por ser demasiado experimental. Aquí ha encajado.

P: Terminas con Cheetas don´t roar (Los guepardos no rugen).

R: Maúllan como los gatos. Me gusta el concepto por la mezcla entre elegancia y ferocidad, como el guepardo. 

P: Me ha resultado curioso que la ciudad donde más oyentes tienes es Bogotá. Y Medellín la tercera, por detrás de Madrid. 

R: Me parece algo fantástico. De hecho, estoy hablando con gente de allí porque es inminente que vaya. 

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