Solemos estrenar una obra cada dos o tres años. De alguna manera cada pieza cataliza y articula la última etapa de nuestra vida. "Renacimiento" es nuestra obra más grande, con un equipo de casi 50 personas. Una coproducción internacional con cómplices españoles, belgas y holandeses.

Estábamos de gira en los primeros días de marzo con Future Lovers, a punto de volver a los ensayos en Madrid en la segunda semana de marzo, y el mundo empezó a cambiar día a día. Comenzamos a temer que podría cancelarse el estreno, casi de broma. A los dos días estábamos confinados y sin tener ni idea de qué repercusiones tendría esto.

Hace unos días fue 17 de abril, el estreno. La llegada de ese día 17, que era la fecha sobre la que pivotaba toda nuestro calendario y nuestra vida, fue una de las experiencias más raras que hemos tenido nunca. No podíamos dejar de pensar qué estaría pasando en ese otro plano de realidad con la Sala Verde llena y muertos de nervios. Al lado de todo lo que está pasando puede parecer poco, pero como decía Mary Oliver, esta es nuestra "única y preciosa vida".

Todavía no sabemos cuándo se estrenará Renacimiento, la buena noticia es que el título resiste bien. Buscaremos con los Teatros del Canal la mejor alternativa. Seguimos de buen ánimo, tratando de imaginar cómo continuar una creación sin poder ensayar y sin saber cuándo se presentará al mundo. No es grave, es una situación conocida.

Pensamos estos días en esa última fase de la creación que se quedó detenida, ensayos finales, compras, construcción de escenografía, retoques del texto, con todos los temores y deseos juntos. Y sabemos que en algún momento, una parte rebelde de nosotros desearía secretamente detenerlo todo. Siempre pasa. Por miedo, por nervios, en un momento necesitas parar para respirar, para poder pensar un poco, o directamente para mandarlo todo a la mierda.

Ahora estamos en ese universo paralelo y realmente se ha detenido. Eso nos da tiempo para poder pensar en “Renacimiento” un poco más.

Y un poco más.

Y un poco más.

Vamos a aprovecharlo. De una manera o de otra. Renaceremos.

La tristura.