-La mosca en tu pared es una de las canciones más extrañas de La deriva, ¿Por qué ese acercamiento a Kafka?

No creo que la canción tenga que ver tanto con Kafka como con esa sensación omnisiciente que todos hemos deseado poseer alguna vez. Es cierto que comparte cierto ambiente de La Metamorfósis,  pero no es una cita literal al libro.

-Transformarse en una mosca para mirar y no ser visto… la canción tiene algo de voyerismo y lasciva, pero también de cambiar para poder ver las cosas de un modo diferente.

Completamente, desde pequeño he fantaseado con meterme y observar espacios imposibles para confirmar fantasías o ampliar puntos de vista. En fotografía, por ejemplo, es muy interesante descubrir las diferentes percepciones de una misma realidad que produce el cambio de las lentes en una cámara. Los grandes angulares y los teleobjetivos muestran de manera diferente una misma acción o un mismo espacio. Los primeros describen; los segundos te acercan a lo imperceptible, casi invadiendo. Esa era la búsqueda de la canción: cambiar de óptica a cada rato de la mano de la música, frenar y acelerar, plantear, observar y actuar de una forma primaria, con el instinto de un animal. Fantasear con ser un insecto no sólo dota de un tamaño privilegiado al deambulante, sino que además le permite hacerlo sin la carga ético/moral que llevamos todos encima.

-Pero también es una canción que invita a perderse, a ir a un lugar perdido, diferente.

Si, la primera parte es más sugerente, se plantean hipótesis que luego, en la segunda, se cumplen. El tema está dividido por un collage de sonidos electrónicos y rítmicos que trabajamos en el local. Cuando acaba esa parte, la canción comienza de nuevo pero en un punto distinto, se manifiesta acción y arranca el viaje que se sugiere en la primera parte del tema.

-Hay quien considera La mosca en tu pared una de vuestras canciones más personales, casi como una seña de identidad del estilo del grupo.

A nivel armónico y rítmico es una canción bastante clásica, huele a setentas. El piano de la estrofa podría ser una sucesión de acordes Tom Waits si se le diera un punto más crooner, sin embargo creo que lo que hace distinta a La Mosca es la arquitectura de sus partes, es muy teatral: tiene una presentación un nudo y un desenlace y cada tramo tiene sus propios puntos fuertes, sin estribillo claro ni una estructura de canción pop clásica.



-¿Hasta qué punto os gustaría poder tomar esa posición para mirar aquello que os rodea?

Cualquier persona que tenga que interpretar la realidad debe llegar a esa posición de vez en cuando. La conquista de esa distancia absoluta para contemplar sin juicios, como un convidado de piedra.

-Kafka no es la única referencia literaria del disco, también asoman Tolstoi o Shakespeare, ¿surge de modo natural o buscáis esas referencias?

A veces aparecen referencias de este tipo en nuestras canciones porque creo que completan la escena desde un imaginario popular, ya compartido por muchos. Forman parte casi de conceptos universales con los que hemos crecido. No sólo de los clásicos, también hay en nuestras canciones referencias a cuentos populares, películas, frases hechas…  Sería un poco pedante intentar colar con calzador a los clásicos en un disco, así sin más.

-Algún momento kafkiano de vuestra vida

Todas las bandas de rock tienen una existencia bastante kafkiana, llena de complicados procesos, metamorfosis y desenlaces inesperados.

-Un insecto en el que transformarse, aunque sea para un rato.

Soy muy fan de las libélulas, elegantes bichos de otro tiempo. Tampoco me importaría ser un saltamontes, me recuerdan a los veranos en el pueblo de mis abuelos.