Houdini fue un primer sabor de boca, Training season aterrizó pisando fuerte e Illusion fue una bocanada de aire fresco. Estos tres elementos hechos singles fueron la carta de presentación de Radical Optimism, el nuevo disco de Dua Lipa que no ha dejado indiferente a sus oyentes y al panorama pop. ¿Ha roto con las expectativas o las ha completado con creces?  

La cantante de orígenes albaneses ha dejado atrás la era de Future Nostalgia y su tono pop más comercial para dar rienda suelta a un estilo más personalista. A diferencia de otras artistas del panorama musical, como Taylor Swift que desangra sus sentimientos a golpe de verso en The Tortured Poets Department o el regreso de Ariana Grande con un canto a la música más íntima como terapia con Eternal Sunshine, Dua Lipa prefiere, con sus temas más bailables, sacarnos a la pista con vibraciones más retro; también con aquellos más lentos y de estilos psicodélicos, echar a andar por un camino del pop un tanto inexplorado, alejado de los gustos más convencionales de su género.

Radical Optimism quizás no es el álbum que cabía esperar de la británica en cuanto a estilo, pero denota la versatilidad de una artista que domina los tonos suaves como en These Walls o el alcance de su voz arrolladora con altos y bajos en Falling Forever.

No sólo en la música. La estética de su nuevo trabajo discográfico sorprendió en el momento en el que salió a la luz la portada de Radical Optimism. A diferencia del estilo que vinieron marcando los singles, en Houdini al estilo retro a lo Madonna como en Hung Up o con los toques más disco dignos de romper en la pista de baile en Illusion, las imágenes que componen el conjunto del álbum evocan a la libertad que puede respirarse en un escenario veraniego, de despreocupación ante las adversidades y de fijar la mirada en el presente, de ahí la actitud de adoptar un optimismo radical.

Pero vamos a lo importante: ¿qué mensaje se esconde detrás de Radical Optimism?

En cuanto a sus letras, el optimismo radical de Dua Lipa puede entenderse dentro de un orden en cierta manera lógico que parte desde el hecho de conocer a una persona, el enamoramiento, y el momento de decir adiós. End of an Era es el primer tema del álbum, ya con esto podemos entender por dónde van los tiros, ¿verdad? El instante perfecto en el que se pasa página, se dicta el adiós al pasado, y se abre una nueva puerta al futuro más cercano. Con Houdini y Training Season la artista hace un trabajo de introspección: con el primero, advierte de que puede desaparecer en cualquier momento –el arte del temido y odiado ghosting, pero al menos previene primero-; en el segundo, hace balance de sus relaciones pasadas, sustentadas en la predisposición de dejar atrás relaciones pasajeras y con el objetivo de encontrar a alguien que sepa ir directo al corazón.

Tampoco quedan exentas las pistas sobre un pasado amor que pudo ser mejor: en These Walls, se habla de dejar de luchar por una relación que no funciona, así como en Watcha Doing hace ver que el amor, en efecto, nos ciega, y que la lucha por entregarse a él puede generar consecuencias a largo plazo.

La decisión definitiva parece que viene de la mano de French Exit, donde se toma la decisión de dejar atrás lo zanjado, de cortar de raíz, incluso con la posibilidad de no tener un adiós definitivo. En Illusion, Dua Lipa da cuenta de aquellas personas que sólo saben dar señales de humo, denotando que es tan sólo un juego.

En Falling Forever, vuelve al epicentro de una relación, y la constante pregunta de cuánto podrá durar esa conexión con alguien, de si este vínculo tiene fecha de caducidad próxima o duradera. Así, en Anything for love se respiran aires más optimistas que radican en la esperanza de que sí, de que ahí fuera hay alguien para nosotros esperando a ser encontrado. Es así como Maria es un canto al aprendizaje constante, a conocer el pasado de la otra persona y la versatilidad a la hora de amar y de que cada romance es distintos, inigualable. Como guinda del pastel, es en el último tema, en Happy for you, en el que la cantante se alegra por esa persona que ya no está ahí, pero donde no reside rencor ni nostalgia por un tiempo pasado que no volverá, sino satisfacción por lo vivido.

Quizás Radical Optimism no es lo esperado, pero es un retrato más que ameno para echar una mirada introspectiva a cómo vivimos el amor en estos tiempos y cómo es mejor tener una actitud más desenfadada y esperanzadora al respecto.

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