El cantante y compositor venezolano Amílcar Boscán, radicado en Estados Unidos, conquista descargas envidiables en Spotify de su versión del tema "Todo tiene su final", clásico que en los años 70 del siglo pasado por el recordado Héctor Lavoe. En abril de 2023 estará de gira por España y otros países europeos.

Pregunta: -Si tuvieras que definirte desde tu condición de melómano, ¿quién es Amílcar Boscán? 

Respuesta: - La etapa de melómano fue superada hace 40 años por el cantante y compositor que, desde entonces, es mi verdadera relación con la música. Mientras la melomanía obedece a la pasión, la creatividad lo hace al espíritu, que construye ponderando entre percepciones internas y externas. Si tuviera que definir mi relación con la música, me atrevo a decir que soy un cantautor.

P: - ¿Fuiste compositor desde un inicio o primero cantante? Cuéntanos cómo se dio tu entrada a la música y todo ese proceso. 

R: - Primero fui cantante. A la edad de ocho años supe con certeza que poseía oído rítmico y afinación, y una sala de baño, con un eco interminable, donde tomaba duchas kilométricas, fungía de auditorio para vaciar mi impulso por cantar. El compositor se formaría a partir mi adolescencia, pero mi primera composición musical digna de grabarse surgiría a mis 21 años (1981).

P: - ¿Qué diferencia hay en tus canciones de salsa con respecto a las tradicionales? 

R: - Independientemente de la época, considero tradicionales a todas las canciones cuya lírica y melodía gira en un círculo vicioso absolutamente previsible. En consecuencia, la diferencia en mis canciones suele hallarse en el “leitmotiv” y la melodía.

P: - Tus canciones, sean de amor o de otros temas, describen la cotidianidad. ¿Están pensadas para ser asumidas por cualquier cultura? ¿Hay una fórmula que vincula las distintas realidades? 

R: - Como compositor siempre pretendo ser universal, y por ello me detengo cuidadosamente en la construcción del lenguaje; pero dicha universalidad siempre estará limitada por causa de la diversidad cultural a la que aludes, y el éxito dependerá de muchos imponderables que, por indescifrables, hemos decido atribuírselo a la suerte.

P: -  ¿Cómo se dio tu vínculo con Willie Colón? 

R: - Con mis modestas credenciales, en el año 1988, solicité verle en el camerino de una sala de eventos donde cantaba en Miami y me concedió la entrevista; allí nos conocimos formalmente, intercambiamos contactos y desde entonces no han cesado las colaboraciones entre nosotros. 

P: -  ¿Quiénes son tus referentes musicales? 

R: - Siendo un adolescente de 14 años, Héctor Lavoe y Willie Colon conquistaron mi razón y corazón para siempre. Pero, para mí, Colón es la referencia más universal en la historia de nuestro género musical (La Salsa), debido a sus múltiples y exitosos perfiles: productor, arreglista, compositor y cantante.

P: - Como cantautor que se dispone a emprender una gira europea, ¿qué esperas del público de este continente? 

R: - Yo solo vivo expectante, pero sin desesperación alguna; he aprendido que aquello que mucho se desea se pierde, te elude, se niega. Particularmente, me resulta satánico atreverme a esperar algo más allá del mínimo que impulsa mi visita. No obstante, para quienes somos creyentes, todo proviene de parte del Eterno por añadidura, y semejante convicción me permite vivir con el bien más preciado: la paz.

P: - ¿Por qué grabaste una versión del clásico de Héctor Lavoe, "Todo tiene su final", cuáles son las diferencias?

R: -  Porque fue fruto de un ‘trance”, si es que el término aplica para describir una experiencia inspiracional (improvisada), que surgió a manera de prólogo para el cierre de un concierto que concluía con una de mis canciones más exitosa en Colombia (Melancolía del Domingo). Debido a la respuesta favorable del público, le ordené a mi director musical que usara el mismo arreglo, pero adaptado parcialmente a bolero y, entonces, por primera vez, una salsa migró a bolero. También, adicioné una descarga de trombón, grabada por el talentoso Ozzie Meléndez y, finalmente, incorporé un par de trompetas a la cuerda de metales.