Nació en Castellón de la Plana en el año 2003 bajo el nombre de Thais, pero todo el mundo la conoce como Metrika, una rapera de esas que no dejan indiferente a nadie. La cantante y compositora lleva dando de qué hablar desde su debut en el año 2020 con su sencillo X Money, y ha conseguido erguirse como una de las voces que más resuenan en el panorama urbano actual, esgrimiendo el egotrip y las barras crudas como su sello de identidad. 

Metrika juega con todo lo que históricamente se ha considerado vulgar, especialmente para una mujer. El sexo más descarnado, las drogas más comerciales, la autodestrucción más obvia. Así la rapera conjuga todas las puntas de su propio pentáculo invertido, siguiendo un dogma que bebe del propio satanismo. Es por ello que la cantante y compositora se ha hecho un hueco en la industria del rap a base de golpes en la mesa y provocación. 

Todas las doctrinas que vertebran la música de Metrika se tradujeron en las letras de Femme Fatale, un EP de únicamente cuatro canciones que sintetizaban la esencia de la rapera durante unos 9 minutos ininterrumpidos que consolidaban a Metrika en la industria del rap.

Especialmente el tema de Ya t Has Corrido? posicionó a la cantante en las listas patrias de música urbana como una de las artistas más trasgresoras del género. Coqueteando con la misandria y entendiendo el sexo como un terreno de poder, la rapera firmaba barras que se harían con su trocito de viralidad en esta canción, como ocurría con su estribillo: "Yo ni me he quitao' el tanga y tu ya te has corrido, tío". 

Otro punto fundamental que ha aupado a su música al mainstream son las letras con las que describe relaciones lésbicas de forma explícita, muchas veces como una herramienta más para construir un discurso que señala directamente a los hombres que tienen comportamientos abusivos, aquellos a los que Metrika denomina como dikys -el extremo opuesto a pussy- y sobre los que advierte a las zorras fieles -sus fans-, que no deben fiarse jamás. 

La música de Metrika apenas se entiende sin su otra mitad, el productor D.Basto, con quién la rapera ha lanzado ya cuatro discos en común, incluido Madre Fundadora, el último elepé firmado por ambos que consta de 24 canciones. El productor también estrenó su propio EP durante el año pasado, remixes, compuesto por seis temas en colaboración con diferentes artistas urbanos del momento como El Virtual, l0rna o el colectivo Chill Mafia.

Sin embargo, es junto a Metrika donde D.Basto ha podido expandirse en el panorama, por lo que, si la rapera es la madre de su séquito, el productor es el padre. 

El culto de Metrika: 'Madre fundadora'

Este pasado 2024 llegó Madre Fundadora, el cuarto trabajo de su tándem con D.Basto que, al estilo rompedor habitual de la rapera, transiciona por las fases del duelo al salir de una relación insana y obsesiva a lo largo de 24 temas. Chulería, estética, una gran carga de cruda sexualidad y muchos guiños al satanismo para hablar de la traición, el ego roto, la rabia y los distintos rituales de una "zorra afligida". Un disco pensado para escucharse en orden cronológico con el objetivo de acompañar a la protagonista en su transición por el despecho.

Lo más destacable de este elepé es que la rapera ha mostrado una vulnerabilidad a la que sus fans no estaban acostumbrados, permitiéndose expandir su mundo musical hacia nuevos horizontes que exploran un espectro distinto de emociones que chocan de lleno con la tónica general de la artista.

Es también en este disco junto a su compañero de faena cuando el vector satánico de su narrativa se hace especialmente explícito en canciones como Barbietúricos, en la que Metrika afirma que "chingo con Satán, quiere que me duela", aunando los dos bloques temáticos más representativos de su música a lo largo del elepé.

Una feminidad siniestra

Algo innegable es que Metrika ha conseguido conectar con una generación de mujeres jóvenes y consumidoras del underground español. La cantante no sólo ha bautizado a este nicho como su séquito de zorras fieles, sino que ha sabido plasmar algunas de sus experiencias comunes en forma de letras directas. A ello se suma que la rapera se ha convertido en una experta de performar una vertiente siniestra y perturbadora de la feminidad, un espectro que escaseaba en la industria, y que sin pretender romper con los roles clásicos de género, sí se reinventa y apropia de algunos conceptos reservados para los artistas masculinos. 

Pestañas postizas, gloss y minifalda en un lado. Satanismo, pastillas y fluidos en el otro. Así es el balance que la cantante de Castellón ha conseguido crear a través de sus letras y su puesta en escena. Es probablemente en el tema Su Alma Pt.1 donde Metrika nos da la clave de su éxito en el panorama y el dogma principal de su sello. "Los demonios me tienen miedo y asco, lo importante es hacerles sentir algo", nos advierte.