“Cada hombre, cada mujer, lleva en el corazón y la mente la imagen de su lugar ideal, el único y verdadero hogar, conocido o desconocido, real o imaginario", dice Edward Abbey en El solitario del desierto, un clásico de las letras estadounidenses que acaba de editar Capitán Swing.
Para él, ese paraíso es el Parque Nacional de los Arcos, ubicado en un desierto al sur de Utah, a lo largo del Río Colorado. Un asombroso lugar situado sobre un depósito de sal, cuyo paisaje se ha ido formando durante millones de años, apuntalándose arcos de piedra y arenisca natural. El más conocido y fotografiado, el Arco Delicado. El espoacio se convirtió en parque nacional en 1971, aunque previamente, en 1906, se había declarado monumento nacional.
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