A sus 27 años, Diego García Fernández —torrejonero inquieto y polifacético— ha recorrido más caminos profesionales que muchos en toda una vida. Ha pasado por la restauración, el deporte y la educación, acumulando experiencias que le han dado una mirada amplia y versátil del mundo laboral.
Sin embargo, ha sido en los libros y en la creación de contenidos culturales donde finalmente ha encontrado su verdadera pasión. Este año ha publicado nada más y nada menos que dos libros: 'Pedro y su espejito' (Editorial Gusanillo), un álbum ilustrado dirigido a los primeros lectores, y 'Una entre un millón', una novela contemporánea dirigida al público 'young adult'.
¿Eres capaz de descubrir la palabra de la memoria escondida en el pasatiempo de hoy?
Conversamos con el autor en ElPlural.com para hablar sobre el nuevo rumbo que ha tomado su vida en la literarura así como de sus últimos trabajos.
¿Cómo nació tu vocación de escritor y qué te llevó a que ‘Pedro y su espejito’ fuera tu primer libro?
En 2020 conviví con mi hermana y mi cuñado, que despertaron en mí el gusto por la lectura. A partir de ahí, decidí dejar los artículos periodísticos y de investigación que publicaba para intentar escribir una novela. El proceso me gustó tanto que probé después con microrrelatos, poemas...
El sector editorial me parece un mundo muy complicado en el que hay que andar con pies de plomo. 'Pedro y su espejito' es un relato que decidí adaptar a un cuento infantil y quise publicarlo para ir conociendo mejor este mundo y acumular experiencias.
¿Existe algún elemento autobiográfico en Pedro o en su manera de ver el mundo?
Sí, siempre hay autobiografía en casi todos los textos. En este caso, la herramienta que utiliza la profe de Pedro fue la misma que descubrí con mi psicóloga cuando los complejos me dominaban. Ese ejercicio tenía tanta fuerza que traté de adaptarlo con un objetivo: aprender a mirarnos bonito.
¿Consideras importante que los niños reflexionen sobre el acoso escolar incluso en edades tempranas?
Creo que el amor propio y el respeto están directamente relacionados con el acoso escolar. No hay edad para empezar a quererse a uno mismo y tratar bien a los demás.
¿Qué tipo de reacciones o respuestas te han dado los niños al hacer estas dinámicas?
He encontrado peques levantando la mano para hablar sin tapujos sobre lo que no les gusta de su cuerpo, algo que en adultos es complicado de ver. He visto cuerpos donde el verde predomina, pero también un cuerpo totalmente rojo que sirvió de señal de alarma para que la niña y sus padres tuvieran una conversación
¿Cuál ha sido el comentario o reacción más especial que has recibido de un lector o una familia?
La Feria de Murcia fue la primera a la que fui. Unos días antes subí un tiktok (@diego_garcia_fernandez_) que tuvo muchas visitas y bastante gente se acercó a saludar. Recuerdo especialmente a dos chicas que llegaron corriendo, sofocadas, porque había una manifestación cerca que las había retrasado un poco.
Cuando llegaron a la caseta seguía allí, aunque en el cartel ponía que terminaría antes. Ambas, sin conocerme, habían venido corriendo para verme. ¡A mí! Todavía me emociono y guardo un recuerdo muy especial de Murcia.
¿Qué fue lo más difícil de escribir un cuento?
Tal vez encontrar el lenguaje apropiado para que los peques entiendan fácilmente qué es la empatía, la bondad, etc.
Este diciembre has publicado la novela ‘Una entre un millón’. ¿Qué diferencias has encontrado entre las distintas editoriales con las que has trabajado?
He trabajado con bastantes editoriales. He donado mis poemas, he apostado por la coedición y he hecho una publicación tradicional. Como diría mi madre, en todas las casas cuecen habas. Al final, el mercado del libro es una jungla y siendo primerizo es complicado encontrar un agente literario.
La atención al detalle, el trato cercano, la honestidad y la rentabilidad para el autor son cosas imprescindibles a la hora de trabajar con una editorial y, por el momento, siempre hay algo que tambalea en mayor o menor medida.
¿Por qué has decidido pasar de un cuento ilustrado a una novela para adultos?
Me gusta mucho experimentar y llegar a todo tipo de públicos. Aunque el vocabulario, la estructura y el proceso sean muy diferentes, ambos libros tienen una moraleja y buscan aportar algo a la sociedad. Me encantaría seguir compatibilizando los cuentos con las novelas.
El libro habla sobre el bienestar. ¿Cuál es el mensaje que crees que necesitamos escuchar sobre salud mental?
Lo más importante es que nos queramos y que pidamos ayuda cuando lo necesitemos. Os aconsejo echar un vistazo a la cuenta de @occimorons y ver alguna de sus ilustraciones, que siempre tienen un mensaje apropiado.
La novela también habla de que tenemos una entre un millón de posibilidades de ser felices en la actualidad. ¿Pero qué es para ti la felicidad y cómo lo has querido reflejar?
La novela empieza con datos, estudios y muchas referencias. Capítulo a capítulo voy jugando con las estadísticas y la vida de los personajes, hasta llegar al capítulo 8. Ahí es donde describo lo que es para mí la felicidad y os aconsejo echarle un ojo (está disponible en Libros Indie).
Tienes mucha actividad en redes y gracias a ella has conocido a muchos autores y profesionales. ¿Quién te ha sorprendido más?
Todos me han parecido muy interesantes, pero destacaría a Santiago Díaz, por su cercanía y amabilidad, siendo mi primera entrevista, y a David Uclés. Me encanta su capacidad de pensar tan rápido, su vocabulario y su discurso tan claro.
¿A quién te gustaría entrevistar en un futuro?
Me encantaría entrevistar a Joël Dicker o a su traductor, profesión imprescindible en este sector. También me encantaría hablar con Elizabeth Benavent y con Máximo Huerta. Seguro que en 2026 hay muchísimos grandes libros y nuevas voces.