En 1933, Luis Buñuel se pasó al documental.
De vuelta de los títulos surrealistas que había rodado en París, volvió a España, y sorprendió con una cinta de 40 minutos, titulada 'Las Hurdes. Tierra sin pan', sobre un paupérrimo pueblo cercano a Salamanca, que prácticamente desconocía la existencia del pan.

Un crudo retrato de una realidad atroz al que llevaba tiempo dándole vueltas, pero solo pudo poner en marcha cuando a su amigo Ramón Acín, un conocido intelectual anarquista, le tocó la lotería.

Este documental y Los olvidados, que rodó años más tarde en México, se han considerado en ciertos sectores como pioneros del cine social, si bien contienen pinceladas surrealistas marca de la casa, de este cineasta, y si bien, en el caso de Las Hurdes, no estuvo exento de polémica, porque se acusó a Buñuel de haber sido muy sensacionalista, de haber maltratado animales y de haber manipulado la realidad para provocar unas imágenes más estremecedoras de la cuenta.

El novelista gráfico Fermín Solís, autor de El año que vimos nevar o Los días más largos, ha publicado Buñuel en el laberinto de las tortugas, que cuenta todo el proceso de grabación de este cortometraje.