LaBlackie hace lo que quiere. Derrocha carisma y magnetismo. Sus barras y su ejecución se han convertido en unas de las más reconocibles dentro del urbano español desde que dio el salto al panorama hace más de tres años, algo que le ha llevado a ganarse el reconocimiento del público en tiempo récord.
La catalana, que hibrida dancehall y drill con la base siempre puesta en el rap, vacila, se divierte y habla sin tapujos. A propósito de su nuevo EP, 2070, la rapera habla con ElPlural de feminismo, diversidad, libertad creativa y la importancia de ser fiel a una misma.
Pregunta (P): Cuéntanos qué hay detrás de 2070, tu último EP.
Respuesta (R): Detrás están Saox y está Groove 2070, y mi concepción de lo que es Estados Unidos.
P: ¿Qué tal grabando en Nueva York?
R: Fuimos a Nueva York para trabajar con Vevo y aprovechamos el viaje para grabar el visualizer y el videoclip de Nueva York. Fue una experiencia increíble. Tuvimos muy poco tiempo, así que no pudimos visitar todo lo que queríamos, pero aun así fue suficiente. Estar allí ya fue una bendición. Siempre había querido ir para conocer la cuna del rap, la música que me gusta. Me gustó mucho, tengo que volver.
P: Es un EP muy divertido y que fluye. ¿Has improvisado mucho?
R: La única canción que es freestyle es AHA. Surgió de forma espontánea porque estaba borracha. Estábamos en el estudio bebiendo y fumando, con amigos, mi AR y mi videógrafa, en Miami. Íbamos frase por frase, proponiendo ideas como “acaba la frase con tal” o “con tal otra”, y yo iba improvisando sobre ello. Aun así, no suelo trabajar en freestyle. Prefiero sentarme a escribir, incluso cuando es algo más gracioso o divertido. Me gusta que la idea de trabajarla y regrabar.
No jodo con fachas y me rijo por ese discurso
P: Hay gracia y también sustancia. Precisamente en AHA dices "no jodo con fachas, fuck María Pombo".
R: Hay que ser clara. En mis redes sociales me posiciono mucho y, dentro del rap, dependiendo del estilo que hagas, el mensaje puede ser más directo o más sutil, pero tenía ganas de dejar ciertas cosas claras en las canciones, aunque creo que mi posicionamiento ya es bastante evidente de forma indirecta. El simple hecho de ser una mujer negra haciendo lo que me gusta, disfrutando, diciendo lo que quiero, hablando de mi sexualidad y colocándome a mí misma en un lugar de valor ya es algo político. La libertad de la mujer, la libertad de expresión y la capacidad de defenderse son gestos políticos en sí mismos. En este EP quise expresarlo de forma más explícita. Surgió de manera espontánea, pero es algo que me representa totalmente. No es algo que vaya a defender por estar ebria, es lo que pienso y la forma en la que vivo. No jodo con fachas y me rijo por ese discurso. No soy amiga de ese tipo de gente y no me da vergüenza decir ciertas cosas.
P: Hace unos años ciertos discursos eran motivo de vergüenza, ahora parece al revés.
R: Ahora la gente levanta la mano muy rápido.Se tiene que volver a criminalizar y penalizar eso, es horrible. No seáis fachas.
P: En el urbano sí hay una tendencia de poner el foco en cuestiones como la comunidad LGTBI y hablar de sexualidad femenina. Tú dices "soy semigay", en Bon Día.
R: Está bien decirlo, pero también está bien que sea real. Como mujer, aprendo muchísimo de mis amigas trans y de mis amigos maricones. Gran parte de la estética y la esencia que hoy llevamos muchas mujeres viene de las mujeres trans: desde la idea de la muñeca, la estética hipersexualizada o ciertos cánones de belleza. Incluso cuando una mujer cis se nombra a sí misma como “muñeca”, eso viene de ahí. Es una cultura que históricamente se ha aislado y humillado, aunque siempre ha estado presente. Forma parte de mi día a día. Igual que aprendo de mis amigas cis, tener amigas trans simplemente me aporta otra perspectiva. No todo el mundo del colectivo me cae bien, al final te rodeas de la gente que se alinea contigo y con tus valores. Es importante que se empiece a nombrar todo esto porque da visibilidad, pero me gustaría que esa visibilidad se tradujera en una escena y una sociedad más abiertas. Que la gente pague por ver a personas trans, que quiera trabajar con ellas, que cuente con personas fuera de lo normativo. Ahora se empieza a entender que muchas de nuestras referencias no son hombres hetero, sino mujeres trans y hombres maricones.
P: La comunidad LGTBI ha hecho mucho por la música pero luego no se le da crédito, como ha ocurrido con el hyperpop.
R: Eso es lo que siempre ha pasado, la gente se ha apoderado de ello.
P: ¿Dirías que tu estilo es el sexy drill?
R: No creo que sea el estilo que me defina, pero sí es algo que me gusta y que consumo mucho. Forma parte de mí como persona creativa y de lo que me inspira a la hora de hacer música. También me gusta el drill, incluso sin la parte sexy (ríe). El dembow y el reggaetón son géneros que me han influido mucho, aunque nunca haya hecho un dembow. Aun así, si pienso en mi esencia, diría que LaBackie es puro rap.
P: Como artista formas un compendio de estilos muy interesante.
R: Soy bastante limitada con la música que escucho, no suelo salir del reggaetón, el dembow, el rap y alguna canción de pop. También el sexy drill y el drill como subgéneros. Aun así, dentro de ese universo, me gusta aportar mi propia esencia. Si escucho drill o dancehall, me apetece hacer drill o dancehall. Pero siempre parto de esa base e intento llevar el rap a los géneros con los que voy experimentando: al dancehall, al sexy drill y a todo lo que voy tocando. El rap es el punto de partida.
No necesito que todo sea un statement constante
P: Has tenido un ascenso meteórico. ¿Cómo lidias con las expectativas?
R: No me pongo mucha presión. La verdad es que no intento sorprender a la gente. Creo que mi fanbase, las personas que me escuchan y que pagan por verme en concierto, confían en lo que hago y les va a gustar el camino que yo elija. No esperan que, porque algo esté de moda, yo de repente me meta en otro género que no tiene que ver conmigo. Si a LaBlackie le apetece hacer algo, la gente lo va a aceptar. Por eso no me presiono. Agradezco muchísimo que me permitan hacer lo que me dé la gana, y creo que también se valora esa libertad. Después de La Favorita, entiendo que mucha gente esperara proyectos más contundentes, más statement todo el rato. Y ahora he sacado un EP de cinco temas que dura doce minutos, hecho desde el disfrute, diciendo muchas tonterías que no buscan trascender. Aun así, el recibimiento ha sido muy bueno. Me gusta seguir sacando proyectos que me definan. Esta parte más goofy, más de funny rap, no la había explotado tanto en trabajos anteriores.
P: Vivimos en un momento en el que parece que todos los discos tienen que ser conceptuales.
R: Me encanta escuchar música sin sentido. Por eso me gusta tanto el dembow, es un ritmo que te hace bailar y no te exige nada. No tienes que analizarlo ni buscarle un mensaje profundo. No necesito que todo sea un statement constante. Me gusta poner música mientras limpio la casa, friego los platos o me maquillo, y que simplemente me acompañe, como el soundtrack de mi vida. Canciones cortas para momentos concretos. Hay música para todo. También valoro los temas más profundos, cuando te han roto el corazón y necesitas escuchar algo que te haga sentir entendida y acompañada. Pero hay otros momentos en los que estás feliz, borracha, en el coche volviendo de fiesta, y lo único que quieres es disfrutar sin pensar.
P: Un punto muy interesante es como juegas con los contrastes. Un enovltorio muy cute con colores pastel, pero el contenido es explícito y se reapropia de lo que se considera vulgar, como ocurre en Pretty Bitch.
R: Fue mi primer proyecto, con el que mucha gente me conoció. De ahí salieron temas como Costilla de Raxet o Tota Prieta. La idea inicial era esa estética, todo rosa, yo posando en el suelo, maquillada, súper cute. Con un nombre como Pretty Bitch, sabía que mucha gente iba a esperar algo más suave o predecible. Y de repente se encontraban con canciones muy crudas y vulgares. Quería que hubiese un shock entre lo que se ve y lo que se escucha. Cuando lo estaba haciendo, pensaba que si la gente me iba a conocer por ese proyecto, quería que se llevara una sorpresa. Ese contraste también se ha mantenido en trabajos posteriores, como La Favorita. La portada es muy de superstar, pero luego aparecen temas como Violence, que es mucho más dura, o Muévete con Israel B, con una energía mucho más fuerte. Siempre me ha gustado jugar con esos contrastes y mantenerlos.
No quiero ser LUISAViAROMA todo el tiempo
P: Precisamente en Violence está una de tus barras favoritas. "Adiós Feminismo cuando no lo quise, ahora me insulta porque no lo quise".
R: Me ha pasado con hombres que dicen “sí, yo respeto a las mujeres”, pero solo mientras te mantienes en un sitio cómodo para ellos. Mientras te valoran y te aprecian, todo bien. El problema llega cuando tienes las cosas claras y no te dejas pisar. Ahí es cuando aparece la misoginia interiorizada. Adiós Feminismo nace de una experiencia real. Tuve una experiencia con un chico que intentó humillarme públicamente en redes sociales porque le había chutado. Ese tipo de reacciones solo reflejan lo frágiles que son. Es la inseguridad saltando directamente a la yugular. Y eso dice mucho más de ellos que de mí.
P: Mucha gente te conoció en Costila de raxet, que se viralizó. ¿Cómo nace ese tema?
R: Sabía que iba a pegar, la verdad. Antes siempre escribía en la cocina de mi abuela, escuchando type beats en YouTube, y cuando escuché ese beat, pensé que estaba bacano. Pensando en el concepto de Adán y Eva, tuve la idea que salir de la costilla de una raxet, no de un hombre. De una mujer que hace lo que quiere, se lo pasa bien y es totalmente unapologetic. Eso ya era una barra, y seguí escribiendo hasta que la canción tomó forma, con el mensaje de demostrar que soy bacana. Se pegó seis meses después. Al principio tenía un alcance más tranquilo, pero a principios de 2023, vi que en TikTok la canción se estaba usando muchísimo, la gente hacía videos por todas partes, y todos mis amigos me decían que no paraban de verla. Fue impresionante.
P: Entiendo que vas a seguir a tu estilo, sin ruta marcada.
R: Hay proyectos que me gustaría hacer, pero no quiero encasillarme. Después de LUISAViAROMA con Cruz Cafuné, la gente espera que siempre sea eso. Fue una oportunidad increíble, me enviaron el beat y el verso, me encanta Cruz Cafuné y quería hacer algo así, ¿quién diría que no? Pero no quiero ser LUISAViAROMA todo el tiempo. Quiero ser AHA, Violence, Tota Prieta, Costilla de Raxet y sexy drill. Me gusta la versatilidad y sorprender. Siento que aún me queda muchísima evolución por delante y que tengo que explorar, probar y equivocarme. No quiero quedarme solo en lo que la gente ya conoce, así que ni yo misma sé qué esperar de mí todavía.
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