La Zaranda, una de las compañías más veteranas y personales de la escena española, ha participado en las actividades de conmemoración del 250 aniversario del Real Coliseo Carlos III de El Escorial con La Batalla de los Ausentes, una obra con la que la agrupación elabora una sátira sobre el poder y la fe, y, de nuevo, explora límites.

La pieza se mueve entre lo elegíaco y la farsa, y compone, en clave de humor, una alegoría descarnada de la actualidad. El argumento parte de la conmemoración de una batalla olvidada, que reúne los exiguos restos de una tropa. Apenas se distinguen ya de aquellos fantasmas que evocan, los que quedaron sepultados en las trincheras junto con el miedo y la gloria. Se dirían definitivamente vencidos por el tiempo, derrotados por las hostilidades del destino, pero no han abandonado la esperanza de realizar una última gesta gloriosa. En la reunión anual planean perpetrar el asalto al poder, sueñan con un desquite que termine con las injusticias. Son unos quijotes que se pregunten si algo habría sido distinto de haber alcanzado la victoria en aquella lejana guerra.

El núcleo duro de La Zaranda, esto es, sus tres actores habituales -Francisco Sánchez, Gaspar Campuzano y Enrique Bustos- encarnan a este ejército en decadencia. También una vez más, Eusebio Calonge se encarga del texto, y Paco de La Zaranda de la dirección.

¿Quiénes son los ausentes?

De algún modo todos los que llevamos por dentro, los que nos siguen dando fuerzas para seguir dando esta batalla quijotesca por la dignidad del teatro.

¿Se ha perdido la poética en el teatro actual?

Se han perdido las compañías en beneficio de la producción, y estas están más interesadas en la taquilla que en el escenario. La poética, el arte es algo que trasciende el sentido del entretenimiento, del ocio al que se quiere relegar al teatro.

¿Dónde queda el teatro entre tanta plataforma?

Devolviéndonos el sentido de la realidad en un mundo virtual. Aunque quieran hacerlo parecer como un vestigio, seguirá vivo cuando tantas novedades tecnológicas acaben en una chatarrería  

¿Permite el humor absurdo cuestionar la realidad desde un lugar diferente?

El humor permite con frecuencia tomar aire para sumergirnos más profundo en lo absurdo de vivir, puede ser muy caustico, muy crítico con lo que se nos presentan como dogmas de la época.